Nadie sabe quiénes están detrás. Cuáles son sus verdaderos dueños. Lo que está claro es que se trata de un curro fenomenal. Algo pergeñado por una mente brillante… para el mal.
Refiere a una empresa llamada Soluciones Digitales a Medida SAS (CUIT 30-71584472-5), que inventó un sistema de revisión técnica vehicular paralela al existente. Aquel que es obligatorio.
En realidad, es un “sobre tramite”, porque se cobra por algo que ya está previsto en la revisión técnica, que es controlar las dimensiones del vehículo en cuestión y determinar si el mismo fue modificado o no.
Le pusieron el nombre de RCM (registro de control de modelo) que se cobra $290 y termina en manos de esta empresa privada, que empezó a “currar” de la mano del kirchnerismo.
Lo curioso es que aquel que va a hacer revisar su automóvil nunca se entera de que existe este “sobre costo”. El taller cobra por “todo concepto” y luego recibe la factura de Soluciones Digitales a Medida SAS con el valor discriminado, que debe abonarse religiosamente.
En buen romance, es una empresa privada que recauda fondos del sistema nacional. Un verdadero choreo.
“Los talleres de revisión técnica, para funcionar, pagan una oblea por cada una. Las compran y depositan a la cuenta de la UTN-CENT que después va a parar a las arcas del Estado. A estos tipos los metieron ‘de prepo’ a efectos de generar un subsistema con costo. Se la llevan de arriba, de algo que se hace por procedimiento de revisión técnica”, reveló a Tribuna de Periodistas una fuente del Observatorio de Seguridad Vial de la CABA.
El mismo informante reveló otras dos irregularidades, que fueron chequeadas —y confirmadas— por este portal: jamás se hizo licitación alguna para conceder el servicio mencionado, ni tampoco hay resolución alguna del Estado que les permita operar a los efectos que lo hacen.
De hecho, cuando se visita la página web de Soluciones Digitales a Medida, los accionistas de la misma se presentan como “una empresa dedicada al desarrollo de software, hardware, venta de insumos y equipamiento informático”. Nada que ver con verificación vehicular alguna.
De nuevo: ¿Quién o quiénes se encuentran detrás de los dueños de esta sospechosa firma? ¿Son solo prestanombres Claudio Gutiérrez y Pablo Fernando Coronel? ¿De quién/es? ¿Es cierto que es una de las cajas del massismo? Imposible saberlo, aunque está claro que, sin la política de por medio, un curro de tal magnitud no podría existir. Con tantas irregularidades juntas.
Con una frutilla de postre y todo: la dirección donde funciona la firma corresponde a un hotel: Valentín Gómez 3235. No hay remate...