El mundo de los brujos y clarividentes está plagado de chantas de toda índole. Los hay más o menos escrupulosos, más o menos ingeniosos y más o menos preparados; pero algo los identifica a todos por igual: son todos fraudulentos. Ergo, no existe nadie hasta el día de hoy que haya demostrado tener poderes paranormales.

    Durante años y años de investigación jamás se ha logrado, bajo condiciones controladas, demostrar la realidad de los fenómenos parapsicológicos. Existen cientos de investigaciones interesantísimas, pero ninguna ha probado nada.

    En contraste con lo afirmado, cotidianamente en los clasificados de los diarios más importantes del país pueden verse docenas de avisos promocionando la actividad de supuestos parapsicólogos, brujos, manosantas, tarotistas y similares. Desde el "seguro retorno del ser amado" hasta la posibilidad de "cortar la mala racha", los avisos no escatiman en eufemismos de todo tipo.

    A muchos de estos delincuentes, quien escribe este artículo los ha desafiado a demostrar sus poderes a cambio de un suculento premio dinerario. Algunos pocos han aceptado el desafío (la mayoría jamás se animaría) y han fracasado en la etapa preliminar de la prueba (1), lo cual no los ha privado de seguir estafando a través de los clasificados, algo muy (pero muy) redituable a nivel económico.

    Y es que este tipo de actividades deja ganancias como ninguna otra. Veamos:

    En primer lugar, casi todos los "brujos"(2) cobran por la mera consulta un promedio de $30 (algunos más, otros menos). Si pensamos que es una actividad que tiene enorme demanda, se puede estimar que al menos diez personas por día consultarán al chanta de turno, lo cual deja una ganancia de $300 diario, algo posible de lograr en muy pocas actividades lícitas.

    Si esto ya parece mucho, hay más: el "brujo" nos dirá que tenemos un daño que hay que remediar a través de un costoso tratamiento sólo posible a través de sus "servicios". La mayoría de los consultantes dirá que no le interesa el tratamiento, pero alguna que otra persona caerá en la trampa. Y a los suculentos ingresos diarios, el chanta les agregará un dinero extra que nunca baja de los $5.000 o $10.000.

    Un negocio redondo, que no sólo sucede por la falta de escrúpulos del brujo, sino de la imbecilidad que muchas veces evidencian quienes los consultan.


La mujer sin-vergüenza

    El universo de los manosantas es enorme y crece exponencialmente cada año, en general en lugares donde la miseria aumenta y el "conocimiento" no es tomado como un valor primordial por parte de la población. Una situación que bien puede describir a nuestro país.

    En tal sentido, es en los lugares más humildes donde florecen todo tipo de chantas que pregonan tener poderes paranormales, lo cual vuelve este "negocio" aún más miserable, ya que se aprovecha la ignorancia de la gente y se los despoja del poco dinero que poseen.

    La provincia de Buenos Aires es un claro exponente de esto, donde los cordones de miseria son más que elocuentes y las necesidades de los más pobres se hacen carne en las cosas más básicas. En medio de esa desesperación es que aparecen los buitres a vender "espejitos de colores", en el marco de un fenómeno que está llegando incluso a zonas de alto y mediano poder adquisitivo.

    En Boulogne, por caso, existe una mujer llamada "Silvana" que ha armado todo un sistema de estafas destinado no sólo a los que menos tienen, sino también a los que más poseen. A los primeros les vende sus servicios de adivinación y armonización, a los segundos una especie de "mesa de dinero" que promete dar intereses astronómicos a la plata aportada, siempre aprovechando la codicia humana que caracteriza a no pocos seres humanos. A unos y a otros los estafará inexorablemente.

    Silvana no da jamás sus datos personales y muy pocos saben que su apellido es Fernández. Sus servicios no sólo tienen que ver con la adivinación del futuro, sino que le gusta asegurar que puede curar enfermedades, algo que es realmente grave y que está sancionado por el Código Penal argentino en su artículo 208 (3).

    Silvana atiende en la calle Carlos Gardel 2564 de Boulogne (teléfono 4710-3432) y cobra $40 la consulta. Casi todo lo que maneja está a nombre de su "secretario" Hugo Néstor Vega (4), quien oficia de cadete y guardaespaldas (5). Este último es el encargado de filtrar las visitas que llegan a la calle Carlos Gardel y jamás permitirá que un cliente disconforme se acerque a Silvana, tal cual ha podido demostrar la investigación llevada a cabo para este artículo.

    Como sucede con todos los manosantas, Silvana siempre "descubre" que las personas que atiende han sufrido de oportunos "daños" que coartan sus vidas. La "solución" para poder revertir esto se encuentra en manos de la bruja y cotiza en unos $5.000, monto que se irá incrementando inexplicablemente con el tiempo.

    Ese dinero va engrosando los bolsillos de Silvana en detrimento de los casuales incautos que caen en sus garras, sin que nadie aún se haya animado a denunciar a la manosanta ante la justicia.


Concluyendo

    El caso de Silvana Fernández no será el primero ni el último de fraudes cometidos por delincuentes que se arrogan poderes paranormales. El historial es inmenso y crece día a día, mal que nos pese.

    La Justicia siempre mira para otro lado frente a la denuncia contra este tipo de personajes y la excusa de los funcionarios judiciales siempre es la misma: la minimización de la gravedad de estos hechos, algo realmente falaz. Por caso, hay docenas de personas que han fallecido por abandonar tratamientos médicos específicos utilizados para hacer frente a enfermedades de la talla del cáncer o el SIDA, sólo por la promesa del manosanta de turno de curar su dolencia.

    Quien firma esta nota, combate este "flagelo" hace más de diez años sin haber logrado jamás que uno de estos delincuentes purgara pena de prisión concreta. Esto permite que el "negocio" crezca y las estafas lo hagan de manera similar.

    Algún día la Justicia verá el error cometido al minimizar este tipo de hechos, como ha sucedido en otros países. Ojalá que no sea tarde...

Christian Sanz
Twitter: @cesanz1

(1) Ver ejemplo en https://periodicotribuna.com.ar/articulo.asp?Articulo=186

(2) Decimos "brujos" para englobar todas las actividades de este tipo y no tener que detallar cada una. Hablamos de tarotistas, manosantas, astrólogos, quirománticos, clarividentes y brujos, entre otros.

(3) El artículo 208 penaliza el "ejercicio ilegal de la medicina" y asegura que "será reprimido con prisión de un mes a dos años el que sin título ni autorización para el ejercicio de un arte de curar (...) prescribiere, dispensare, expendiere, entregare, administrare o aplicare habitualmente medicamentos, aguas, electricidad, hipnotismo o cualquier otro medio destinado al tratamiento de enfermedades de la persona, aún a título gratuito".

(4) Vega, D.N.I. 4.580.372, está domiciliado en Belgrano 3431 de Tigre y tiene a su nombre otro domicilios en la calle Ipiranga 1033.

(5) Otra persona que manejaría los asuntos de la bruja Silvana es una mujer llamada Carolina Mariana Coudreau, la cual está siendo investigada en estas horas.