"No te preocupes negrito, voy a estar bien", le dijo Carlos Carrascosa al oído a Miguel Taylor, hijo de Nora Burgués de Taylor, una vez conocido el fallo condenatorio del Tribunal Oral de San Isidro. El destinatario del mensaje no fue elegido al azar: era alguien que haría llegar tranquilidad a los “popes” del Cartel de Juárez a través de algunos de sus testaferros vernáculos.
Y es que una gran dosis de preocupación se apoderó de algunos personeros de la mafia azteca luego del fallo inesperado del día de ayer. Todos los pronósticos aseguraban que Carrascosa sería sobreseído y todo volvería a la normalidad. Ahora vuelve el fantasma que más se teme: el del quiebre de Carrascosa frente a la derrota judicial. Por eso las palabras del viudo ayudaron a calmar las aguas.
¿Qué dirán ahora los irresponsables periodistas de la talla de Raúl Kollman (Página/12) y Pablo Duggan (Canal 9) sobre el fallo de la Justicia? ¿Seguirán jurando y perjurando que Carrascosa es más bueno que una maestra jardinera?
Lo esperado
Lo sucedido en el marco del fallo del Tribunal Oral de San Isidro respecto al crimen de María Marta García Belsunce, no es sorpresivo para nadie. Las contradicciones y desaguisados familiares han sido captados por la memoria colectiva de la sociedad y fueron repetidos una y otra vez por programas de TV como Televisión Registrada. Las explicaciones a esas contradicciones jamás satisficieron a nadie y menos aún a la Justicia, por lo inconsistentes que han sido y han sido decisivas a la hora de evaluar la eventual culpabilidad de Carrascosa en el crimen de su mujer.
Luego de semejante golpe contra la impunidad por parte de los jueces sanisidrenses, es hora de avanzar en la segunda etapa del esclarecimiento del asesinato de María Marta y su móvil, relacionado con el lavado de dinero del narcotráfico, un secreto bajo siete llaves que esconde la familia. Veamos:
Como se ha detallado en media docena de artículos de este periódico, hasta 1990, el matrimonio de Carlos Carrascosa y María Marta García Belsunce deseaban pasar de tener una vida de clase media alta a ser realmente ricos. Su deseo pudo ser cumplido gracias a un gran amigo de Carlos Menem, el lavador de dinero Carlos Rhom.
Carrascosa era un simple corredor de bolsa cuando el dueño del Banco General de Negocios (BGN) le propuso hacer una especia de sociedad. Su banco no podía operar en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires por no estar habilitado y Rhom le propuso a Carrascosa hacer ese trabajo.
Fue entonces cuando crearon la Compañía General de Inversiones Bursátiles, una sociedad que se caracterizó, precisamente, por realizar fuertes inversiones en la bolsa.
A partir de ese momento María Marta, esposa de Carrascosa, pasó a desempeñarse como directora y accionista. Todo fue bien. Incrementaron sus ganancias al impulso de la política cambiaria de un peso igual un dólar.
Incluso el negocio permitió que nuevos integrantes de la familia participaran, como los hermanos de Carrascosa y María Marta respectivamente. Pero con la caída del menemismo vino también la debacle de los Röhm, al punto que Carlos sigue preso y José prófugo. El BGN terminó siendo uno de los pilares del blanqueo de dinero, triangulación de dinero negro y fuga de capitales.
Al conocerse estos datos, los investigadores solicitaron a la jueza María Romilda Servini de Cubría -que sustancia el caso BGN- que les enviara información, surgiendo nuevos elementos tales como que, además de la sociedad compartida en el "lavadero", María Marta y Carlos Röhm eran socios en otras empresas colaterales.
Pero las relaciones se tensaron y los banqueros comenzaron a presionar a Carrascosa para que se desprendiera de sus acciones en las compañías. El ex corredor de bolsa se resistía y en parte esto se debía a la posición de su esposa.
Cártel de Juárez
Como bien sostuvo el fiscal Diego Molina Pico en un principio de esta investigación, el móvil del crimen de María Marta habría sido una pelea por actividades de narcolavado relacionadas con el Cartel de Juárez. Para Molina Pico, María Marta compartía secretos de manejos financieros ilegales y que esa información la dejó en medio de una puja mortal.
En su primera presentación, el fiscal hizo un análisis societario de empresas relacionadas con el entorno de la víctima, apuntando sus sospechas hacia el Banco General de Negocios y con el que Carrascosa y otros sospechosos, como Binello, Guillermo Bártoli y "Pichi" Taylor, estuvieron relacionados.
La referencia al manejo ilegal de dinero apunta a giros prohibidos durante la época del "corralito" financiero en la Argentina. Molina Pico señala que María Marta solicitó el traspaso de dinero de su cuenta local al Northern Trust Bank de Nueva York en diciembre del 2001, cuando esa operatoria ya estaba restringida. Y una semana después del crimen, Carrascosa llamó al mismo operador financiero, apodado "Bicho", cuyo número telefónico figuraba en la agenda electrónica de María Marta.
"Bicho", según Molina Pico, es Vicente Fernández Ocampo, quien trabajaba en "Exprinter", hoy Banco Banex. Además, de las comunicaciones que mantuvo con Carrascosa y María Marta, el fiscal también sostiene que Fernández Ocampo se comunicó con Binello diez días antes del crimen, el 17 de octubre de 2002.
El fiscal afirma que Fernández Ocampo trabajó para el BGN y que tenía vínculos muy estrechos con el esposo de Nora Taylor, Michael Taylor, y con su suegro, Rodolfo Hamilton Taylor.
La relación con el Cartel de Juárez surge del vínculo entre Nicolás Di Tullio -broker inmobiliario marplatense testaferro en Argentina de los mexicanos- y Laura Burgués (hermana de Nora Taylor), también investigada en el mismo caso. El fiscal supone que plata del Cartel fue lavada a través del BGN.
Finalmente
Durante la sustanciación del juicio por la muerte de María Marta, lo único que ha hecho su familia es dar la cara, no para pedir que se esclarezca tan desgraciado crimen, sino para jurar y perjurar que Carlos Carrascosa es inocente de haberlo cometido.
Este brutal crimen, que aparenta ser sólo parte de una reyerta familiar, no debe analizarse aisladamente sino como un tentáculo del “caso Rohm”, congelado desde que la Cámara Federal confirmara el procesamiento de Carlos Rohm y que actualmente está a estudio de la Corte Suprema de Justicia.
Hay que determinar hasta qué punto Carlos Carrascosa estaba totalmente desvinculado del Banco General de Negocios, sin dejar de rastrear de dónde surgió esa gran masa de dinero que maneja la familia y que les permite vivir de manera tan ostentosa.
Luego del tristemente célebre “caso Conzi” no sería descabellado pensar que podría tratarse de gente que maneja fondos de la mafia o de la política. O de ambas cosas.
No olvidemos que el “caso Rohm” destapó vínculos oscuros de la mafia con el menemismo y dejó en evidencia las relaciones del Banco General de Negocios (así como el Banco Comercial de Montevideo) con tres de los más sonados escándalos argentinos: la venta de armas a Ecuador, la comercialización ilegal de oro y la coima pagada por IBM para la renovación informática del Banco Nación.
Lavado de dinero que le dicen...