Susana Trimarco jamás deja de sorprender. Célebre por mendigar recursos del Estado por doquier, so pretexto de su lucha contra la trata de personas, la mujer se volvió millonaria en pocos años. Pasando de la pobreza a la riqueza más elocuente.
En 2002 no tenía siquiera calefón en su casa; ahora ostenta guardaespaldas, choferes y viaja a Miami asiduamente.
Pocos saben que, solo en 2015, el Gobierno argentino le “bajó” 23,5 millones de pesos, a cambio de hacer campaña para el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires. Es dinero que aún no ha rendido como corresponde.
De hecho, intentó “pasar” tickets de gastos personales en perfumes, helados y su propio teléfono celular como expendios derivados del trabajo de su fundación. Pero ello fue rechazado por el Estado, que inició un sumario investigativo.
No es el único escándalo que la involucra: hay docenas que podrían contarse y que aparecen detallados en mi libro Trimarco SA (Editorial Wu Wei, 2017).
No obstante, ahora sumó una nueva trapisonda: fue contratada en un organismo del Estado que depende del Ministerio de Seguridad de la Nación. Se trata de la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA).
Allí, Trimarco despunta en la Unidad de Gabinete de Asesores. Un cargo que le permite no tener que concurrir a trabajar. En buen romance: un empleo ñoqui y bien rentado.
Es curioso, porque lo antedicho demostraría que la mujer opera a los dos lados del mostrador. Por un lado, como titular de una ONG privada, suele refrendar convenios con puntuales ministerios, como ocurrió en su momento con la Cartera de Educación. Por el otro, trabajando para el mismo Estado. Sin mencionar la cuestión ética detrás de tal situación.
Para sostener lo antedicho, Tribuna de Periodistas accedió a diversa documentación, como el listado de la propia repartición, ACARA. Allí aparece Trimarco entre los empleados del organismo:
A su vez, el vínculo entre la mujer y la entidad aparece en su propio Código de Empadronamiento (CODEM) de la Anses. Ahí puede verse el CUIT de ACARA, 30-71252621-8.
Muchos se sorprenderán por esta revelación. Otros no tanto. Sobre todo los que ya conocen la idiosincrasia de Trimarco. Es apenas “otra mancha más del tigre”, dirán.
Acaso sea como la fábula de la rana y el escorpión: simplemente... es su naturaleza.
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CHORRA
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SE SIGUEN JUNTANDO LOS MISMOS CHORROS Y GUSANEROS DE SIEMPRE.
Para las personas de bien resulta imposible siquiera pensar en enriquecerse a costillas de una desgracia que les pudiera ocurrir a nuestros hijos. En mi barrio a este tipo de gente les llamamos hijas de puta.