Hoy les voy a contar quién es Carlos Bibulich, el jefe del denominado “club de los 7”. Se trata de un jubilado, pero no un jubilado cualquiera.
Este es un jubilado que maneja un oligopolio multimillonario. Son 7 empresas que tienen desde hace muchos años el negocio totalmente atado de la alimentación en el Servicio Penitenciario Federal. También maneja la comida de hospitales y escuelas.
Las empresas de este jubilado facturan más de 6 mil millones de pesos al año, sin que a nadie le llame la atención. Acaso porque Bibulich es amigo de Máximo Kirchner, quien le consiguió un interesante conchabo para darle de comer a empleados mineros de Santa Cruz a través de la firma Coocking.
Para entenderlo hay que poner el foco en el Grupo Valber. Allí despunta la Compañía Integral de Alimentos, cuyo nombre de fantasía es Royal Chef Catering.
También aparecen Food Rush Gastronomía, Kyan Salud, Caterind, Máximia y Bio-Limp SA.
A través de estas empresas, Bibulich mantiene como “rehenes” a funcionarios de Justicia, Salud y Educación.
Las firmas mencionadas le facturan al Estado mediante un formato totalmente viciado: sin licitaciones ni ordenes de compra. A través de una figura llamada “legítimo abono”, que permite que el precio del servicio, al no existir licitaciones, se determine a antojo de Bibulich.
No es todo: las empresas de este jubilado ostentan un historial grave de denuncias por alimentos en mal estado, no solo en las cárceles sino también en hospitales.
Por caso, a Food Rush le incautaron en su momento 20 toneladas de alimentos en mal estado que iban a ser entregados a presos y enfermos en La Pampa.
Cuando se consulta a los funcionarios que deberían controlarlo, aseguran algo sorprendente: juran que no lo pueden parar.
A pesar de que Bibulich, el jefe de esa banda, fue procesado en 2018 por evasión impositiva ligada a “Compañía Hotelero Gastronómica Iberoamericana SA” e “Integralco SA”.
A su vez, un informe sobre lavado de dinero publicado por diario Página/12 lo identifica a él y a sus familiares en un listado de “personas que hicieron transferencias off shore” en reiteradas oportunidades.
Lo curioso de esta situación es que, como se dijo, Bibulich figura como monotributista ante la AFIP.
En el Juzgado penal Económico Nº1, que lo investigó por defraudación al fisco, aparece una solicitud de Bibulich y familiares para viajar a la ciudad de Montego Bay, Jamaica, con una escala previa en Panamá, donde estuvo entre el 17 y el 28 de mayo de 2019.
¿Cómo hace Bibulich para viajar a paraísos fiscales declarando un ingreso de 15.000 pesos y pagando $ 1.267 por mes de monotributo? Imposible de responder.
Finalmente, debe recordarse que Bibulich es el mismo que le vendió su empresa Integralco SA a un precio millonario en dólares al siempre sospechado Grupo Exxel. Se trató de una operación escandalosa por varios motivos. Uno de ellos porque Bibulich designó como presidente de su empresa un indigente sin ingresos y que dormía en un albergue de la Ciudad de Buenos Aires.
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