Ninguna novedad: miles y miles de personas fueron estafas por Leonardo Cositorto a través de Generación ZOE, una estafa piramidal de manual, que prometía lo imposible, una ganancia del 7,5% mensual en dólares. Un interés que no paga nadie en el mundo.

Al principio el dinero ingresaba a las cuentas de los incautos, básicamente porque se generaba a través del ingreso de nuevos incrédulos. Sin embargo, cuando ello se cortó, ocurrió lo que siempre ocurre: quedaron todo con el tujes para arriba. Salvo los capos, como siempre. Que se llenan de dinero y se profugan.

Es lo que ocurrió con Cositorto y sus cómplices, algunos de los cuales hicieron lo propio en Mendoza, como Federico Tamuch y Eduardo Pizarro. Todos se dicen víctimas, pero ciertamente son victimarios.

Y por si fuera poco, luego de haber estafado a tantos pobres tipos —y mujeres— los inescrupulosos avanzan con otro timo, llamado Sunrise Coach que intenta captar inversiones de hasta USD 3.600 por persona y promete un retorno del 7,5% mensual, igual al de ZOE. A su vez, sin ponerse colorados, juran que regalarán 20% en ganancias “por referidos”.

Y lo curioso no es que los tipos se animen a seguir engañando a diestra y siniestra, sino que hay gente que ahora mismo está poniendo dinero en este nuevo fraude, muchos de los cuales ya fueron desplumados por ZOE. O sea…

La pregunta se cae de madura: ¿Cómo podría Sunrise pagar lo que jamás logró materializar ZOE? Está claro que es la misma bosta con distinto olor.

Sin embargo, siempre hay gente dispuesta a caer en este tipo de trampas. Principalmente motivados por la obsesión de ganar dinero rápido, en un país infestado por el flagelo de la inflación. Pero nada es mágico y, como uno suele decir, la plata no se multiplica sola. No hay manera de que ocurra.

Pero la desesperación siempre es más fuerte y permite que las estafas estén a la orden del día. Cositorto no es el primero —ni será el último— de los timadores que trabajen sobre la base del célebre esquema Ponzi.

Habrá nuevos fraudes, como los hubo en el pasado, que existen porque jamás son penalizados por la Justicia. ¿O acaso quién está preso ahora mismo por el fraude Our Ranch, o Intense Live, u Omega PRO, o el Telar de la Abundancia, o Nu Skin, o tantos otros?

Estamos a la deriva, no solo porque a la justicia no le interesa aleccionar a este tipo de gente, sino que tampoco hay políticos ocupándose de trabajar en proyectos de ley que desactiven fraudes como los mencionados. De ningún partido político.

Y en ese mar de desinterés, los incrédulos de siempre son pesca fácil para los estafadores de siempre.