Alberto Fernández no pasa por su mejor momento. No solo no logra dominar la inflación y mejorar los datos de la economía argenta, sino que además cae en picada su imagen —junto a la de Cristina Kirchner— y la “calle” le empieza a ser esquiva.
No solo los piqueteros y las organizaciones sociales imponen su presencia a diario en ese terruño, sino que también decidieron hacerlo este sábado referentes del campo, acompañados por la oposición. Bien podría decirse que al presidente le han “picado el boleto” ambos extremos ideológicos.
Si ello no fuera suficiente, también hizo lo propio un sector de su propio espacio, que lo ha bloqueado por completo. Ergo, el presidente está completamente solo. O no tanto. Lo acompañan puntuales referentes que no comulgan con el cristinismo. Ninguno de ellos carece de la correspondiente mácula por corrupción. “El viento los amontona”, suele decir una frase del saber popular.
Entretanto, transcurre el consabido avance del kirchnerismo contra la Justicia, en dos terrenos bien claros: por un lado, el Consejo de la Magistratura; por el otro, la Corte Suprema de Justicia. Mal que le pese a Cristina, en ambos campos la batalla va directo al fracaso.
Respecto de la Magistratura, el intento de dividir el bloque K en dos está viciado de nulidad, toda vez que la resolución de la Corte de nombrar a los consejeros de marras es anterior a esa partición legislativa.
Con relación al avance sobre los jueces supremos, el Frente de Todos carece de las mayorías pertinentes para motorizar cualquier jugada en tal sentido.
Cristina lo sabe y ello le quita el sueño, ya que toda la movida que se vive en estas horas es en realidad un brutal intento de zafar de las casi 50 causas judiciales que la aquejan por corrupción. En muchas de ellas, la Corte tiene directa injerencia.
En otro orden de cosas, hay un hecho que se trata de tapar en estas horas referido al jefe de la custodia de la vicepresidenta, Sergio Neira, a quien le robaron de su despacho tres armas automáticas.
Lo curioso es que a esa desconocida dependencia, ubicada en Alsina y Entre Ríos de la Capital Federal —arriba de una farmacia— solo ingresan los custodios oficiales. Ergo, las sospechas se posan sobre alguno de estos, según pudo saber Tribuna de Periodistas. El escándalo es mayúsculo.
Hablando de bombas a punto de estallar: Sergio Massa recibió este viernes a legisladores y concejales del Frente Renovador de Río Negro. Del encuentro participaron Nicolás Rochas, Alejandro Ramos Mejía y Luis Albrieu, representantes del interbloque en la Legislatura de esa provincia.
Una de las cuestiones que el líder del espacio puso sobre la mesa es la eventual ruptura entre el Frente Renovador y el Frente de Todos. Les pidió a los presentes que lo analizaran seriamente pero que no dijeran nada sobre aquella conversación.
Massa ostenta doble enojo para con el oficialismo: por un lado, le desagradó todo aquello ocurrido con la Magistratura. Le pareció desprolijo e innecesario.
Por el otro, se mostró severamente molesto porque Cristina lo culpó por la avanzada del fiscal Guillermo Marijuan sobre su persona en torno a la denominada “Ruta del Dinero K”. Es porque el titular de la Cámara de Diputados es amigo personal del funcionario judicial.
De más está decir que Cristina no cree en coincidencias.