El 26 de septiembre de 2011, Cristina Kirchner arribó a Mendoza como presidenta de la Nación. Desde temprano, la columna de manifestantes se hizo notar con variopintas banderas e improvisadas cornetas y tambores.
El calor no daba tregua, siquiera por un momento, pero ni siquiera eso pudo embargar la emoción de la gente, que permaneció ahí durante horas y horas.
Hasta que apareció la hoy vicepresidenta, asomándose por una de las ventanas del Metrotranvía, junto al entonces gobernador mendocino Francisco “Paco” Pérez.
Doce años después, la historia intentó repetirse, sin éxito. Fue esta misma semana, cuando Alberto Fernández arribó a Mendoza para tratar de darle épica al regreso del tren a esa provincia.
A diferencia de lo sucedido con Cristina, Alberto no fue vitoreado ni mucho menos. Ni tampoco hubo banderas ni cánticos en el acto de marras. Solo un gesto forzado y predecible. Que careció de la típica mística peronista.
El contraste entre los dos hechos, que se dieron con una diferencia de 12 años, fue explicado alguna vez por Karl Marx: “La historia se repite dos veces, la primera en forma de tragedia y la segunda en forma de farsa”.
A la luz de esos hechos, bien puede decirse que las pretensiones de Alberto Fernández de ser reelecto han sido sepultadas definitivamente, algo que el propio jefe de Estado se resiste a aceptar. No queda claro si es porque realmente quiere seguir gobernando la Argentina o porque busca mojarle la oreja al cristinismo, que no deja de esmerilar su gestión.
Como sea, mientras se pelean albertistas y cristinistas Sergio Massa juega su propio juego. En un lugar que le queda cómodo, ya que hace las veces de presidente de la Nación, sin serlo.
Desde un lugar que le permite capitalizar los éxitos y no hacerse cargo de los fracasos. Es el mundo perfecto para él, que sigue construyendo su propia candidatura con millonarios recursos que salen subrepticiamente de dos empresas del Estado, AySA y Trenes Argentinos.
Desde la vereda de enfrente, la campaña empieza a ponerse caliente. Con Mauricio Macri decidido a bajarse de la pelea electoral, los dos grandes contendientes que quedan en pie son Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, con una leve ventaja de este último según las últimas encuestas.
Acaso por esto último, reapareció en escena una vieja denuncia contra el alcalde porteño, radicada a principios de 2019 por un presunto periodista de origen peruano llamado Pedro Francisco Abad Añazgo.
En la presentación, que ostenta todos los condimentos de una operación de prensa, se asegura que Larreta habría sido sorprendido mientras se encontraba desnudo junto a otro adulto y un niño, en lo que se conoce como la habitación "Salta 370".
La denuncia fue radicada en el juzgado Criminal y Correccional número 60, a cargo del juez Luis Alberto Schegel. En la misma, se afirmó haber descubierto al jefe de Gobierno porteño, y a un hombre de apellido Donatello, desnudos junto a un menor de aproximadamente 6 años de edad en un departamento privado (ver documento al pie).
La denuncia fue desestimada a poco de haberse presentado por carecer, no solo de elementos de prueba, sino también del más puro sentido común.
Como se dijo, la presentación se viralizó esta misma semana en redes sociales, aprovechando el repudio que generaron las denuncias contra Marcelo Corazza y Jey Mammon, ambos acusados por presunto abuso de menores.
Respecto de este último tópico, se ha difundido en Twitter un listado de personajes famosos que aparecerían implicados en el mismo delito. Sin embargo, ello es falso, no constan en expediente judicial alguno sus nombres.
Quienes han viralizado la nómina buscan desviar la atención respecto de la verdadera trama de pedofilia, que complica a un ex gobernador de Misiones y a varios reputados políticos del peronismo.
Es información que aportó en su momento Natacha Jaitt al fiscal Guillermo Castro, quien investigaba el caso de los abusos en las inferiores de Independiente.
Habrá que ver si el funcionario Judicial se anima a avanzar sobre aquellas poderosas personas o si triunfa la impunidad. Como siempre ocurre en la Argentina.
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