En las últimas horas, fue detenido el ex policía federal y agente de espionaje inorgánico Ariel Zanchetta por espiar a jueces federales y ministros de la Corte Suprema.
Después de los allanamientos y los peritajes de rigor sobre su teléfono y computadoras, el fiscal de la causa, Gerardo Pollicita, dio por acreditada “la existencia de al menos 1196 informes de inteligencia en la notebook”.
Y allí, según publica diario La Nación en una reveladora nota, aparece mi nombre entre los espiados por el uniformado, presuntamente a pedido de la AFI.
Nada nuevo bajo el sol: me ha ocurrido durante el menemismo y el macrismo. Y también durante el gobierno de Néstor Kirchner. Solo por meter mis narices en cuestiones siempre espinosas que molestan al poder de turno.
Según publica hoy La Nación, “entre los periodistas seguidos (por Zanchetta) aparecen Jorge Fontevecchia, Claudio Savoia, Luis Novaresio, Roberto Navarro, Christian Sanz, Ángel Pedro Etchecopar, Pablo Duggan. Se suman a la lista los empresarios Ángelo Calcaterra, Ernesto Clarens, Marcelo Tinelli, Alfredo Coto, Hugo Krajnc, entre otros”.
Ello explicaría en ensañamiento de puntuales portales web sobre mi persona, que se han dedicado a ensuciarme asegurando que he sido condenado en graves causas judiciales o que no pago mis impuestos. Ambas afirmaciones de sencilla refutación.
A la cabeza de aquellas operaciones aparece el sitio web Realpolitik, ayer mismo denunciado por Carlos Pagni por sus vínculos con Zanchetta y la AFI. Lo comanda un tipo polémico llamado Santiago Sautel, otrora testaferro de Guillermo Moreno.
Hasta hoy nunca había entendido por qué el injustificado ataque contra mi persona. Ahora, todo me cierra.