Hace unos años, este periódico denunció la estafa que el gobierno de la provincia de La Pampa viene cometiendo contra colonos afincados en la zona del Río Colorado.

    Se dijo en ese momento: "Existe en La Pampa una estafa histórica que tiene que ver con una especie de Cuento del tío que se da desde hace más de 30 años. Está relacionado con un proyecto de colonización de la tierra y la promesa a varias docenas de familias de que podrán tener su propio lugar de producción de recursos y sendos futuros promisorios. 

    (...) Más de treinta años después de esa primera convocatoria, sólo queda la desesperanza de un grupo humilde de familias y 23 causas judiciales contra el Ejecutivo de esa provincia que han sido 'prescriptas' por un Poder Judicial adicto a los diversos gobiernos de turno, bajo argumento de que ellos —por su condición de quinteros— no podían desconocer que la tierra en la que trabajaban era infertil" (1).

    Las derivaciones de este escándalo llegaron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, de la mano de la brillante abogada Ana Herren, organismo que investiga desde hace meses lo acontecido allí.

    A esta histórica "estafa" se ha sumado en los últimos días un conflicto con "puesteros" pampeanos (2), quienes —a diferencia de los colonos— ocupan tierras del oeste de esa provincia sin tener el pertinente título de ellas. Los puesteros son descendientes de los pueblos originarios y durante décadas han recibido infinidad de promesas incumplidas por parte de funcionarios que les aseguraron que les darían los documentos que les corresponde por derecho.

    En las últimas horas, tanto colonos como puesteros están ofreciendo resistencia a un intento de desalojo por parte del gobierno de La Pampa, el cual está haciendo lobby a favor de Petrobrás e intenta despejar sus asentamientos para que puedan explorar esas zonas donde, se sabe, hay petróleo.

    "Es evidente que, cuando las empresas presionen, serán reprimidos. El problema es que no tienen nada más que perder y a su vida le ponen muy poco interés, para lo único que la tienen es para luchar para que no los despojen de sus tierras", dijo a este periódico la mencionada Dra. Herren.

A los puesteros se los quieren llevar puestos
    Para entender el conflicto que ocurre en estas horas en La Pampa, hay que diferenciar lo que son los "puesteros" de los "colonos", ya que, si bien el fin último del Estado provincial es el despojo de la tierra a ambos, los primeros son miembros de los pueblos indígenas que ostentaban originariamente las tierras, los segundos no.

    Los puesteros son los dueños de la tierra que se asignó a militares, latifundistas criollos, inmigrantes europeos, concesionarios colonos y que, desterrados de ella —al ser apresados durante las “campañas del desierto”—, fueron distribuidos en las tierras áridas del oeste pampeano, las que poseen desde siempre como "ranqueles" y desde hace más de 100 años por haberlos distribuido el Estado argentino, y hoy, nuevamente se pretende despojarlos de ellas porque las tierras sin valor ahora contienen petróleo y ya ni siquiera se piensa en su desplazamiento para su nueva “distribución”.

    Los puesteros están privados de los medios más elementales, expuestos al frío y al calor extremos y a merced de los incendios que arrasan con todo a su paso, estos hombres y mujeres continúan con la tradicional tarea de levantar sus corrales de "palo a pique", de cavar profundos pozos para obtener agua y de aquerenciar a los animales para que regresen al puesto luego de pastar en las grandes extensiones de campo sin alambrados. Las crías pequeñas deben ser cuidadas permanentemente para que no sean comidas por los pumas o los zorros.

    Es, justamente, por las características de su territorio y la política de aislamiento desarrollada durante todo un siglo, que estos habitantes sean solitarios, introvertidos, reflexivos, con una filosofía de vida muy diferente a la imperante en los otros sectores de la sociedad.

    En este contexto, han aparecido las consabidas concesiones de exploración y extracción de petróleo, las cuales se multiplican día a día. Las empresas petroleras ingresan en las tierras de los puesteros y los colonos e instalan sus máquinas perforadoras, sin el menor cuidado por la tierra, en la que se ven grandes charcos de petróleo, contaminándola. En tal sentido, se producen derrames sobre el río Colorado, el que es utilizado para riego y para el consumo humano, y los animales que crían los puesteros están muriendo por la ingesta de los pastos contaminados por los derrames de los pozos petroleros.

    Estos empresarios, que aducen ser "los nuevos dueños de la tierra", presionan sembrando miedo sobre los puesteros y tratando de obligarlos al abandono del lugar. Camionetas de distintas empresas petroleras circulan a considerable velocidad dentro de las tierras de los puesteros, llevando dentro de ellas personal que dice estar armado. 

    A su vez, las firmas concesionarias instalan grandes reflectores de luz que son apuntados hacia las muy modestas casas de los puesteros o hacia los corrales de los animales. Dichos reflectores se mantienen encendidos durante toda la noche en señal de amedrentamiento y control de sus movimientos.

    Mientras tanto estos solitarios habitantes de la pampa árida son engañados por abogados que les dicen que les han iniciado reclamos ante el Gobierno y el Poder Judicial de La Pampa (3).
Concluyendo
    Los puesteros han decidido resistir los desalojos. La consigna entre ellos es quedarse en sus tierras aunque en ello se les vaya la vida. En esas tierras se encuentran enterrados sus antepasados, han nacido ellos y sus hijos y son sus poseedores desde hace más de 100 años. Sus campos se encuentran plagados de “picaderos”, de los restos de huevos de avestruces.

    Los puesteros no tienen manera de sobrevivir si son desalojados de ellas, la mayoría no tiene estudios primarios y muchos son analfabetos.

    A pesar de todas las promesas hechas, el Estado continúa negándoles la titularidad y sosteniendo que son "tenedores precarios" o "intrusos", por lo que tendría derecho a expulsarlos de ellas.

    Mientras la sociedad mira sólo el conflicto del campo, los puesteros resisten como pueden. A pesar de su avanzada edad, no abandonan la pelea que llevan adelante.

    Saben que muchos de ellos no resistirán el extremo frío de estos días, pero saben también que su dignidad es más importante que cualquier tipo de traición a sus propias convicciones.

Christian Sanz

(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/articulo.asp?Articulo=1519

(2) “Puestero” es la autodenominación que los habitantes originarios de la zona utilizan desde finales del Siglo XIX y se refiere al habitante del espacio rural del oeste de la provincia de La Pampa que reside en “El Puesto”, el cual representa el espacio de residencia y trabajo. Son integrantes de los pueblos originarios, puros o con diferentes grados de mestizaje con criollos de las zonas del sur de las provincias de San Luis, Córdoba y Mendoza, y oeste de la Provincia de Buenos Aires.

(3) Tal es el caso de la abogada Carina Errecuondo que decía patrocinar a la "puestera" Tiófila Videla y que en otros expedientes patrocina a quienes pretenden desalojar a los puesteros, como Luis Sosa.