Pocos saben que el periodismo, como profesión en sí misma, es relativamente joven. Es que, el nacimiento de las escuelas de periodismo como tales —y como se las conoce hoy—, se ha dado luego de culminada la Segunda Guerra Mundial. Antes de eso, los periodistas eran usualmente "literatos", personas preparadas en tópicos literarios, que escribían en los grandes medios, generalmente con grandilocuentes estilos de redacción.

Recién a partir de la década del 50, con la "explosión" de la tecnología, nacieron alrededor de nuestro planeta algunas de las más prestigiosas casas de estudio de periodismo y cambió radicalmente la manera de tratar a la información, dando ponderancia, no tanto ya a la manera de contar la noticia, sino al hecho en sí mismo.

En la Argentina el caso más emblemático se ha dado con la aparición de la escuela Círculo de la Prensa, (www.escueladeperiodismo.edu.ar), institución prestigiosa por demás en lo que a periodismo respecta, nacida en abril de 1969, merced a un grupo de idealistas que intentaron —y de alguna manera lograron— hacer que "excelencia" se convirtiera en sinónimo de "comunicación".

Allí, a diferencia de otras instituciones —no todas, por suerte—, los alumnos no son números, las materias no son excusas para recaudar y las autoridades no son "bustos sagrados" de imposible acceso.

Baste decir que el título otorgado por el Círculo de la Prensa es uno de los más prestigiosos en el ámbito de la comunicación y, de hecho, es una de las pocas escuelas de periodismo —si no la única— cuyas pasantías son completamente rentadas, todas. Un dato: al día de la fecha, hay cuatro pedidos de pasantías por parte de medios de comunicación que no pueden cumplimentarse por estar todos los alumnos ya trabajando.

Sería deshonesto de mi parte si no aclarara a esta altura que soy parte interesada en la descripción efectuada, ya que pertenezco al staff de docentes del Círculo de la Prensa y, como suelen decir algunos jóvenes, llevo la "camiseta puesta".

No obstante esto último, los conceptos vertidos tienen más de "descriptivos" que de "valorativos" y están relacionados a mi propia observación personal. A lo antedicho debería agregar que:

-He visto alumnos que han sido becados por el Círculo por no haber podido seguir pagando sus estudios, aún cuando se trata de uno de los lugares más económicos a la hora de estudiar periodismo.

-He sido testigo del enorme esfuerzo hecho por las autoridades del Círculo a efectos de poder incorporar a alumnos de otra escuela que había dejado en la calle a sus alumnos. Lo hicieron a pesar de que económicamente no les era viable.

-He visto a autoridades y docentes del Círculo poner dinero de su propio bolsillo, ya sea para ayudar a algún alumno, ya sea para mejorar el aspecto edilicio de la escuela. Los he visto asimismo arremangarse y aportar su propia mano de obra.

-En todas las charlas que han brindado las autoridades del Círculo al cuerpo docente, jamás he escuchado que se pusiera énfasis en la cantidad de alumnos o el dinero que ingresa a la institución. Sí he escuchado reiteradamente que debemos dar excelencia a los alumnos, acompañándolos en el estudio. Es dable mencionar que, si bien el Círculo es una casa de estudios exigente, jamás abandona a sus estudiantes a su suerte.

-Percibo cada día el trabajo que se hace por mejorar la capacitación de los alumnos, adecuándolos a las nuevas tecnologías y adelantándolos a los tiempos que les tocará vivir.

-Finalmente, he sido testigo viviente de la elocuente humildad de las autoridades del Círculo respecto a todo lo antedicho. Nada de lo que acabo de relatar ha sido mencionado jamás por alguno de ellos públicamente.

Por todo esto, y más, para mí es un honor trabajar en semejante lugar, donde los valores que muchas veces parecen haberse perdido son palpables en cada bocanada de aire que se toma.

¿Quiénes son los responsables de que esto sea posible? Alberto Suárez San Martín, representante legal de la escuela; Ernesto Martinchuk, rector; Eduardo Martínez, director de Estudios; Cristina López, secretaria; y Jesica Crespo, prosecretaria.

A estos debe sumarse el cuerpo docente, de increíble excelencia, no sólo a nivel académico, sino también personal y humano.


Concluyendo

El periodismo es una de las profesiones más nobles que existen. Más allá del trabajo innoble o interesado de algunos colegas y medios, sus valores intrínsicos son de un altruismo descomunal. Son pocos los periodistas que no llevan el idealismo como estandarte personal y buscan en esta actividad poder canalizarlo.

Por eso, a todos los que quieren incursionar en lo que a comunicación respecta, los invito personalmente a conocer el Círculo de la Prensa. Hay diversas charlas informativas gratuitas, donde se diserta —yo soy uno de los que oficia el encuentro— sobre lo que significa el periodismo en general y de lo que representa la escuela en particular.

La cita es en Perú 358, Capital Federal. Pueden llamar al 4334-5908 / 4334-5981 para anotarse.

Los espero, no me fallen.