Cada vez que Tribuna de periodistas publica un nuevo artículo de investigación acerca de la desaparición de Jorge Julio López, el kirchnerismo inventa alguna cortina de humo para intentar aparentar que se está indagando sobre las causas de su evaporación. De más está comentar que, cada una de las supuestas revelaciones que aparecieron oportunamente en los medios, se demostraron falsas a las pocas semanas de publicadas.

    En las últimas horas, luego de la sexta nota que publicó este medio al respecto (1), apareció una nueva "revelación": la Justicia secuestró en un domicilio de un policía en la ciudad bonaerense de Pehuajó, un vehículo en el cual, según un repentino testigo, habría sido trasladado López el día de su secuestro.

    Según agencia DyN, hubo allanamientos en Mar del Plata y en Pehuajó, en domicilios pertenecientes a un ex policía cercano al represor Miguel Osvaldo Etchecolatz —condenado a reclusión perpetua por genocidio— y de quien López fue supuesta víctima y acusador.

    Allí habría sido ubicado el vehículo en el que, según el insólito testigo, habría sido llevado López cuando desapareció el 18 de septiembre de 2006, cuando iba a asistir a una de las últimas jornadas del juicio a Etchecolatz, en La Plata.

    Sólo hay un detalle: los dichos judiciales de otros cuatro testigos, echan por tierra la veracidad de este nuevo testimonio. Todos aseguraron oportunamente que vieron a López caminando por el barrio, en dirección contraria a los tribunales donde lo esperaban, y vestido con ropa diferente a la que usaba para ir a las audiencias.

    A lo antedicho, hay que agregar otros puntos que tiran abajo la coartada oficial. Veamos:

    1-Julio López utilizaba todos los días un mismo modelo de zapatillas, del que tenía dos pares. El lunes en que desapareció, las zapatillas quedaron en la casa y el albañil se ausentó calzando un par de borceguíes que nunca usaba.

    2-Cuando salía de su domicilio, tenía la costumbre de cerrar la puerta con llave y después tirar la llave adentro por una ventana. Esta vez se llevó la llave con él.

    3-En su casa falta un pequeño cuchillo que el testigo utilizaba, pero que nunca antes había sacado de su domicilio. Todo indica que se lo llevó en esta oportunidad.

    4-El albañil debía ir a la audiencia con su sobrino, Hugo Savegnago, pero no lo esperó y se fue antes de su domicilio.

    5-Perros de la policía demostraron que López hizo un camino en zigzag, al salir de su casa, como queriendo perder tiempo.

    6-Según diario La Nación, el juez destacó que López vivía en un barrio de policías, "con los que tenía un trato de vecinos".

    A los referidos enigmas se han sumado las dudas surgidas de su propio testimonio ante la justicia. Detalles imposibles de retener, datos que son falaces y dudosas anécdotas, hacen que su declaración sea poco creíble, a punto tal que la titular de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini —de su misma extracción ideológica— ha echado un manto de escepticismo a la cuestión.


Concluyendo

    En las próximas semanas, esta nueva pista se demostrará falsa, como cada una de las anteriores que espectacularmente lleva adelante el politizado juez Arnaldo Corazza.

    Mientras tanto, se sigue haciendo creer a la sociedad que el albañil fue secuestrado por un grupo de tareas, ocultando la responsabilidad kirchnerista detrás de lo ocurrido.

    Más temprano que tarde, el matrimonio Kirchner, junto a algunos de sus ministros, deberán dar cuenta de lo acaecido.

    No es poco.

Christian Sanz

(1) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=4762