Hace casi cinco semanas, Néstor Kirchner se reunió con Daniel Scioli a efectos de coordinar diversas acciones, tendientes a organizar políticamente ciertas cuestiones en miras al cuello de botella que promete ser el mes de marzo, especialmente a nivel político y económico (1).

    De acuerdo al comentario de un importante testigo de la reunión —funcionario de segunda línea y muy allegado al matrimonio K—, Kirchner dio precisas instrucciones a Scioli: "Hay que lograr un acercamiento con el campo. Yo no voy a buscar el consenso, hacélo vos", habría dicho el ex Presidente.

    Scioli asintió sin hacer comentario alguno y Néstor completó el cuadro: "No te hagás problema, no vamos a salir a pegarte. Sólo vamos a mostrar un prudente silencio para que los medios crean que hubo bronca, nada más".

    La prueba más concreta de que no existió una real ruptura de lanzas entre el ex primer mandatario y el gobernador bonaerense, ha sido la decisión de este último de quitar a la firma Codere su concesión para operar el Bingo de La Plata, en beneficio del testaferro de Néstor Kirchner, Cristóbal López.

    Oportunamente, consultado por diario Clarín, Scioli aseguró: "No hay voluntad política. Mi decisión es cerrarlo" y mintió al asegurar que "La Plata es una ciudad universitaria y administrativa donde no corresponde que haya salas de juego".

    Mientras el gobernador juega al juego que mejor conoce, el de la indefinición, en estas horas, en el hipódromo de La Plata, se está preparando el terreno para colocar varias docenas de máquinas tragamonedas en beneficio del testaferro López. Esto significa, en buen romance, que el verdadero motivo por el cual no le fue renovada la licencia a Codere fue para poder hacer ingresar al socio de Kirchner a la provincia de Buenos Aires (2).

    La siguiente fotografía muestra dónde se instalarán las máquinas tragamonedas. Se trata de la "tribuna popular" del hipódromo, conocida por los concurrentes habituales como "la piojera".

    Allí, en estas horas, se está acondicionando todo para que las máquinas del testaferro K desembarquen con toda su furia. Esto demostraría que, tanto Cristóbal López como Scioli, son sendos mentirosos. El primero, por asegurar que no está a favor de propagar el juego en la provincia; el segundo por jurar, a su vez, que no le interesa ingresar con sus negocios en territorio bonaerense (3).


La calesita

    La cantidad de vueltas que tuvo el cese de la concesión del bingo de La Plata, asemejan más a una comedia de enredos que a una mera decisión administrativa. Se avanzó, luego se retrocedió, luego se avanzó nuevamente, y así sucesivamente.

    Lo cierto es que, cuando Daniel Scioli asumió la gobernación bonaerense —en octubre de 2007— prometió a Néstor Kirchner que quitaría los derechos a los actuales concesionarios de los bingos a efectos de permitir el oficioso ingreso de Cristóbal López a Buenos Aires. Lo que no tuvo en cuenta es que no le sería sencillo cumplir su promesa.

    A poco de asumir, Scioli se encontró con la diatriba de la iglesia y una fuerte oposición política, lo que motivó que debiera echarse atrás. No lo hizo por mucho tiempo: a fines de 2008, como muestra de buena voluntad, le quitó la concesión del hipódromo de La Plata a Codere y hará lo propio en febrero de este año, cuando impulse nuevamente la ley del juego que quiere Néstor (4). Las fechas elegidas —fin de año y febrero— no son casuales, es cuando hay más tranquilidad social, debido a las vacaciones de verano.

    La misma presión que sufre Scioli en estos días debió tolerar Felipe Solá cuando era gobernador. Según sus propias palabras, Kirchner lo habría amenazado con que algo podía pasarle a su familia si él no quitaba la concesión a los bingos provinciales. Según el diputado Walter Martello, fue esa negativa la que habría conspirado contra su propia reelección.

    Martello es el mismo que denunció oportunamente a Cristóbal López por haber presionado a Scioli para expandir sus negocios en la provincia. El dato es totalmente real: según inobjetables fuentes provinciales consultadas por este periódico, el desembarco será merced a los servicios del incombustible Carlos Gallo (5), "eminencia gris" de Lotería de la provincia de Buenos Aires —según el periodista Carlos Pagni— y mano derecha del testaferro López.

    Gallo, ex funcionario en el Instituto del Juego de la Ciudad de Buenos Aires, es un hombre muy bien conectado: ha sabido "adornar" a diversos funcionarios a efectos de escalar en el ámbito lúdico: José Torello,  Nicolás Caputo, Aníbal Ibarra, Jorge Telerman y Federico Achaval son algunos de los que se han enriquecido gracias a su abultada billetera, llenada a su vez por el inefable López.

    En el caso de la provincia, es dable mencionar que Gallo llegó al instituto de Lotería gracias al impulso de Scioli, siempre en el marco del inoxidable pacto que este a su vez tiene con Néstor Kirchner.

    Como puede verse, nada es casual.


Concluyendo

    Aunque se diga —y se insista— que no habrá máquinas tragamonedas en el hipódromo de La Plata, esto es totalmente falso. Aunque Scioli asegure enfáticamente una y otra vez que no quiere "que La Plata tenga salas de juego", sabe en el fondo que está mintiendo porque convino lo contrario con Néstor Kirchner.

    El problema de que Cristóbal López ingrese a la provincia de Buenos Aires no tiene que ver sólo con el crecimiento exponencial del juego en detrimento de la sanidad social bonaerense, sino con el lavado de dinero que pretende llevar adelante el kirchnerismo a través de la incontrolable actividad lúdica.

    Por ello, el intento de desembarco del testaferro K no debe analizarse aisladamente, sino contextualizado junto a otras "brillantes ideas" K, como la de blanquear capitales, despenalizar la tenencia de estupefacientes, desmembrar el Sistema Informático María, el freno a la ley de precursores químicos, la falta de radarización de las fronteras, el descontrol respecto al ingreso de narcotraficantes por parte de la Dirección Nacional de Migraciones, y otras.

    Es parte de un plan muy bien armado y vendido "llave en mano" a grupos narcotraficantes foráneos que comenzó en mayo de 2003, cuando Néstor Kirchner ganó la presidencia del país.

    Se lo puede denominar de muchas maneras, pero sólo hay un nombre para algo así: la locura más grande de todos los tiempos.

Christian Sanz

(1) "Si ahora que no pasa nada hay quilombo por todos lados, con protestas y cortes incluidos, en marzo la cosa va a ponerse muy pesadita. Nosotros por lo pronto abandonamos el barco", aseguró a este periódico un mediático legislador que —aún— hoy milita en las filas kirchneristas

(2) Le legislación actual no permite que haya dos establecimientos vinculados al juego a menos de doscientos metros de cercanía uno del otro. En este caso, el Bingo de Codere está frente al hipódromo.

(3) Ver http://200.49.145.30/diariotextual.com//index.php?option=com_content&task=view&id=4309&Itemid=2

(4) Ver https://periodicotribuna.com.ar/articulo.asp?Articulo=4706

(5) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=3798