Finalmente ocurrió lo que se dijo que nunca ocurriría: cambió el gabinete kirchnerista. El mensaje es confuso, toda vez que Cristina Kirchner aseguró no haber sufrido ninguna derrota en las urnas. ¿En qué quedamos?

    En ese sentido, llama la atención que a uno de los personajes más cuestionados, como es Aníbal Fernández —quién tiene mucho que explicar respecto al crecimiento del narcotráfico en la Argentina— haya sido designado jefe de Gabinete de Ministros. ¿Será acaso una especie de mensaje a los cárteles de la droga, especialmente luego del financiamiento de la campaña del Frente para la Victoria en 2007?

    Lo cierto es que el golpeado —literalmente, el 28 de junio pasado— Sergio Massa volverá a ocupar la intendencia de Tigre, tal como lo anticipó Tribuna de periodistas.

    En otro orden de cosas, Carlos Fernández renunció al Ministerio de Economía —también anticipado por este medio— y lo reemplazará en el cargo Amado Boudou, titular de la ANSES. Además, la Presidenta designó al oscuro Julio Alak —sus desaguisados en la ciudad de La Plata se cuentan por docenas— como ministro de Justicia, en reemplazo de Aníbal Fernández.

    A su vez, el economista Diego Bossio, surgido al calor de "La fundación" —una cuestionada logia vinculada a diversos escándalos políticos de relevancia— reemplazará a Boudou al frente de la ANSES y el abogado Mariano Recalde, fuertemente relacionado con Hugo Moyano —¿habrá sido pedido por este?—, asumirá como nuevo presidente del directorio de Aerolíneas Argentinas en el lugar que ocupaba Alak. Además, el dramaturgo Jorge Coscia reemplazará a José Nun al frente de la secretaría de Cultura (cuya renuncia, perdón la insistencia, fue anticipada también por Tribuna).

    Los funcionarios del nuevo gabinete asumirán mañana a las 19 horas, en una aburrida ceremonia a realizarse en la Casa Rosada.

    Un dato: no terminan acá los cambios del kirchnerismo, en los próximos días habrá nuevos enroques. Nada importante en realidad, ya que no se busca cambiar nada, sólo dar la sensación de que se escuchó el mensaje de las urnas.

    Baste la permanencia del hipercorrupto Julio de Vido en el gabinete para darse cuenta de esto.

    ¿Pan y circo?

Christian Sanz