No existe caso más apasionante para el periodismo, en los últimos tiempos, que la investigación del triple crimen de Gral. Rodríguez, ocurrido en agosto de 2008. Se trata de un caso al que no le falta nada: una trama política, una pata policial, un costado relacionado a laboratorios medicinales, y hasta el sello de la mafia más cruda. Realmente no hay condimento del que adolezca el tema.
Sin embargo, lejos de hacer un buen trabajo de indagación, el periodismo vernáculo ha actuado frente a lo ocurrido con serios vicios profesionales. No se cruzó información importante y se dio demasiada relevancia a las fuentes judiciales, siempre interesadas en desinformar y desviar el verdadero rumbo de la investigación.
Ha habido raras excepciones, por suerte, pero la mayoría de los medios han caído en la trampa ideada por el propio kirchnerismo, que intentó desde un principio conducir la investigación por el camino del tráfico de efedrina y el despecho de media docena de mexicanos narcotraficantes, los cuales serían los sicarios de los tres jóvenes "empresarios".
En tal sentido, Tribuna de periodistas ha sido pionero en advertir acerca de esta circunstancia y en señalar a diversos funcionarios oficiales detrás de esa maniobra. No casualmente, esos personajes son los mismos que aparecen implicados en la trama del mismísimo triple crimen.
El comentario viene a colación de lo publicado hace unos días por revista Noticias (1) en torno a este tema, en un artículo firmado por María Fernanda Villosio, Daniel Seifert, y Federico Mayol. Allí se dio a conocer por primera vez parte de la trama que este periódico viene denunciando hace más de un año.
El artículo, bastante interesante por cierto, no dejó de ser una operación de prensa orquestada por el fiscal de la causa, Juan Ignacio Bidone, y los abogados Miguel Angel Pierri y Rubén Ramírez. Si bien el tronco de la nota denota cierta valentía y menciona a uno de los principales implicados en la trama, Martín Lanatta —a la sazón mano derecha del todopoderoso ministro Aníbal Fernández—, allí se incurre en una serie de desaciertos y falacias que dan pavor.
Por ejemplo, se sigue hablando del vínculo supuesto entre Sebastián Forza y el mexicano Jesús Martínez Espinosa —asegurando incluso que Forza iba a viajar a México y sería el representante de un cartel de drogas en la Argentina—, o ensuciar innecesariamente a Leopoldo Bina, presumiblemente asesinado por error en el marco del triple crimen. En sentido similar, se incurre en varios errores que oportunamente fueron demostrados falsos.
Pero lo realmente interesante es que jamás se habla del tema del financiamiento a la campaña presidencial del Frente para la Victoria y los aportes que permitieron blanquear dinero —seguramente del narcotráfico— en esa contienda del año 2007. No es menor el temor que ostentaba Sebastián Forza poco antes de ser asesinado, respecto a ese tema, ya que él mismo admitió haber entregado cuatro cheques sin fondo para "ayudar" a armar esa operación y aseguró que iba a morir por conocer esos secretos.
Por caso, el propio Forza le aseguró a este cronista que temía ser asesinado por conocer esa oscura trama relacionada a la adulteración de medicamentos y el lavado de capitales por parte del kirchnerismo. Jamás Forza mencionó mexicano alguno ni temas de efedrina. Un dato no menor: esa conversación ha sido grabada.
Semejante omisión en la nota publicada por Noticias muestra a las claras que los firmantes de la misma han sido víctimas de una certera operación de prensa, pergeñada seguramente a raíz de la denuncia que publicó Tribuna acerca de que la fiscalía de Mercedes había "negociado" delimitar la investigación del triple crimen a un grupo de personajes menores, sin tocar a los ideólogos oficiales (2).
Cualquiera que tenga la posibilidad de leer el expediente de marras, podrá comprobar que la evidencia para avanzar sobre los verdaderos responsables de lo sucedido es más que firme. Se trata de pruebas que se han colectado casi a principios de 2009, lo cual lleva a sospechar sobre los reales motivos que han llevado a la quietud actual de esa causa judicial.
Hace pocos meses, una fuente del ministerio de Justicia advirtió a este medio que había existido un pacto no escrito de la Justicia con el oficialismo, para que la indagación oficial no llegara hasta los responsables más altos del gobierno. "La verdad es que hay funcionarios muy importantes atrás del triple crimen, Christian. Si llega a saberse la verdad, cae el kirchnerismo a pleno", confesó el poderoso informante a este periodista.
Quien escribe estas líneas, había hablado horas antes con uno de los investigadores del expediente de Mercedes, quien le anticipó que habría inminentes llamados a indagatoria por parte de la fiscalía de esa ciudad. Eso provocó un elocuente escepticismo en este periodista: ¿a quién creerle, a la primera fuente de información o a la segunda? El dilema se desvaneció por completo al paso de los meses. Las peores sospechas se habían hecho carne.
Y si algo faltaba para generar más sospechas aún, es la nota aparecida en Noticias. Es la confirmación más puntual de que la causa judicial referida finalmente se cerrará sobre dos o tres perejiles. Como siempre.
¿Pan y circo?
Christian Sanz
(1) Ver http://www.revista-noticias.com.ar/comun/nota.php?art=2349&ed=1714
(2) Ver https://periodicotribuna.com.ar/Articulo.asp?Articulo=5764