Existe un blog en Internet llamado “Corrupción y crimen”, donde se acopian artículos de denuncia referidos al mejoramiento institucional de la República, cuando no se reproducen notas de otros medios a efectos de lograr el mismo efecto.
Tribuna de periodistas tiene el privilegio de ser uno de los sitios más citados por el referido blog de Internet, especialmente cuando se trata de reproducir artículos de investigación “duros”, esos que molestan –y mucho- al poder.
Sin embargo, hace unos días me llevé una agradable sorpresa: me encontré con un artículo referido a mi persona, el cual me dejó gratamente asombrado. Allí se habla elogiosamente de mi trabajo profesional y se cuestiona la manera en que otros medios “ningunean” la información que publicamos en Tribuna para terminar “descubriéndola” mucho después. El sugestivo título del artículo es “Christian Sanz: un periodista...que poco le interesa a los periodistas” y dice lo siguiente:
“Es verdad que la profesión de periodista es de alto riesgo. Es más, está considerada internacionalmente como la que mayor cantidad de muertos aporta a la macabra estadística de la violencia sin rumbo.
Siempre recuerdo aquel camarógrafo argentino que filma su propia muerte, Leonardo Henriksen, durante el golpe que derrocó a Salvador Allende.
En nuestro país tiene otro ingrediente delicado, que es la dudosa calidad y manejo de la información, y sus fuentes.
Esto la hace extremadamente peligrosa para la orientación de los ciudadanos.
Convengo que detrás de cada pensamiento hay una intención subjetiva. Que no siempre está emparentada con la honestidad... El planeta se ha "cartelizado", y eso hace todo relativo y sospechoso...
En la Argentina -mágicamente- aparecen empresas "constructoras"...que se dedican a las comunicaciones...
Todo es interesado.
Internet le ha creado un enorme problema a estos mercaderes de la "información". Hoy se puede leer simultánea, o contemporáneamente, la diversidad de medios que se desee. Es el modo sorprendente que nos pone de frente a un asqueroso manejo de la verdad.
Dependiendo de sus "intereses", es la "verdad" que "consumiremos"... De alta peligrosidad.
Como con un instinto "primario", concibo que a quién leo, escucho o veo, me comunicará puramente LA VERDAD.
Error craso...
Dolorosamente...no abunda...
Los grupos de "información" son cárteles, por ello debemos tomar permanentes recaudos, al momento de evacuar nuestras "dudas" o desconocimientos.
Esta introducción tiene como único motivo hacer un reconocimiento -en el medio del desierto- a Christian Sanz, director de Tribuna de Periodistas. Me rebela y avergüenza leer sus informes o notas periodísticas mucho antes que en la "gran prensa", la de enormes recursos, que sólo les sirve para posicionar "la" noticia que les interesa.
He tenido cruces con alguno de ellos, por su actitud de "pétreo rostro", al informar sin citar o desconocer una fuente genuina como es Christian Sanz.
No les hace...
La cuestión del triple crimen de General Rodríguez, lo tiene como piedra angular, pues aún en vida, el "empresario" Sebastián Forza, acudió a Él para confiarle la trama de la mafia de los medicamentos, mas o menos un año antes de que explotara la "gran" prensa con ríos de palabras...diría "sanata"...
Así terminó preso Zanola -por ahora-, y varios más.
Las valijas de cocaína de Southern Winds han sido su permanente denuncia. Cuesta creer lo que "demora" el avance en las investigaciones...
Podremos encontrar en Tribuna de Periodistas información que nos sorprenderá. Pero con el tiempo lo leerá en los "grandes" medios como una noticia nueva... Así son los hipócritas que ejercen el "periodismo" en la Argentina...
Para demostración de mi apreciación le ofrezco picar en su nombre, y podrá encontrar noticias que Él anticipó....mucho tiempo antes...”
Muchas gracias a los colegas de “Corrupción y crimen”. Es un honor ser reconocido cada tanto por los pocos colegas honestos que quedan en el periodismo.
No recibo mas su diario electronico Tribuna de Periosdistas
cristian vos sos un periodista que honra la profesion de periodista
Muchas gracias, Ernesto, de veras.