Raúl Baglini es todo un enigma para aquellos que lo conocen. Impredecible en sus decisiones, supo ser diputado radical y hasta jefe de su bancada durante la segunda mitad de los malditos años 90 para, luego, ser senador nacional por la provincia de Mendoza. En ese camino, hoy se lo reconoce como el principal asesor del vicepresidente Julio Cobos.
En el año 1985, se hizo célebre por una ingeniosa creación: el teorema de Baglini, que rezaba más o menos lo siguiente: “las convicciones de un político argentino son inversamente proporcionales a su cercanía al poder”.
Definido como un personaje “brillante” por quienes lo han frecuentado, Baglini ha recibido oportunamente el codiciado premio “Konex”, distinción entregada a los mejores “legisladores de la década”. Eso sí, en el mismo acto fue premiado el impresentable Jorge Capitanich, lo cual lleva a dudar acerca de los méritos necesarios para poseerla.
Independientemente de ello, hay un dato que pocos conocen respecto al pasado de Baglini, y tiene que ver con su relación con el desaparecido narcolavador Alfredo Yabrán.
Quema esas cartas
En el año 1998, en el marco de la investigación por el asesinato del reportero gráfico, José Luis Cabezas, Raúl Baglini apareció “escrachado” por el sistema Excalibur por sus profusas comunicaciones telefónicas con Yabrán.
Un dato: no cualquiera tenía el teléfono privado de “Don Alfredo” y menos aún podía hablar con él con la confianza que ostentaba el entonces legislador radical. Aún así, nadie le pidió explicación alguna, jamás.
En sentido similar, el ex ministro Domingo Cavallo había acusado a Baglini años antes, el 23 de agosto de 1995, de estar relacionado a Yabrán. “Es un ariete de la mafia”, disparó ante el asombro de legisladores y cronistas que cubrían su extensísima exposición en plena Cámara de Diputados.
Cavallo aseguraba que el ex diputado radical había sido utilizado por el extinto empresario postal para llevar adelante ciertas “maniobras” en pos de sus propios intereses.
Este periodista lo pudo comprobar en persona, en el marco de la investigación llevada a cabo para el libro “La larga sombra de Yabrán”, publicado por editorial Sudamericana en el año 1998.
Es una historia que comienza en 1993, cuando el entonces titular de Encotel, Abel Cuchietti, volvía de vacaciones con su familia. Al llegar a su domicilio, recibió un envío postal conteniendo un libro hueco con un objeto de plastilina y una nota diciendo: "si esto fuera de verdad, no estarías para leerlo". El autor de ese mensaje no era otro que Yabrán, quien quería tener el monopolio postal a lo largo y ancho del país.
Es allí cuando aparece la figura de Baglini, quien denunció penalmente a Cuchietti por haber dejado sin efecto un “canon” dinerario de 14 dólares a las empresas postales por los envíos que venían del exterior, argumentando que era demasiado elevado.
Detrás de la denuncia se escondía la sombra de Yabrán, quien era el perjudicado más directo por la decisión de Cuchietti. Pero había una cuestión más fuerte aún detrás de la persecución del titular de Encotel contra el empresario postal: el narcotráfico.
Así lo confesó a este periodista el propio Cuchietti, en agosto de 1995: “Esto no es nuevo. En la historia del correo existen varios casos de envíos postales con droga. Desde Mar del Plata se mandaban postales con droga hacia España en los años '91 y '92".
El ex funcionario aseguró en esos días que algunas empresas vinculadas a Yabrán solían transportar encomiendas con droga. "Dos por tres la policía detiene los camiones de OCA u OCASA y encuentra droga (...) lo raro es que ningún medio de comunicación lo cuenta", dijo oportunamente a quien escribe estas líneas. Lo único que logró el funcionario con sus denuncias es que atentaran contra su vida en dos oportunidades.
Mi pasado me condena
El poder que Yabrán pudo ostentar fue gracias a que han existido legisladores, jueces y hasta periodistas que operaron para él. Es una historia oscura que jamás ha sido debidamente contada.
Baglini ha sido uno de esos personajes que ayudó a que Yabrán creciera como lo hizo, desde los días del alfonsinismo hasta el menemismo.
En el marco de la recopilación de datos para el libro mencionado, este cronista escuchó media docena de testimonios que vinculaban a Baglini con Yabrán. Siempre actuando como una suerte de comodín dentro del Congreso Nacional.
Es bueno recordarlo en días en los que el ex diputado intenta aparecer como el “asesor estrella” de uno de los hombres que se perfilan entre los favoritos a ser Presidente de
Al menos para saber a qué atenerse…