El rumor no es nada nuevo: Tribuna de Periodistas lo contó el pasado 5 de noviembre y tiene que ver con la posibilidad de que se “pesifiquen” los depósitos en dólares que hoy reposan en los bancos.
“Las versiones que circularon durante toda la semana daban cuenta de una supuesta intencionalidad por parte del Estado, de pesificar las cajas de ahorro en dólares, y esto activó la alarma de los ahorristas”, advirtió con elocuencia la colega Nidia Osimani entonces.
El dato, que bien podría haber quedado en el anecdotario vernáculo, recrudeció en las últimas horas, gracias al calificado testimonio de una fuente que reporta en un importante banco de capitales españoles. “Es casi inminente que se van a pesificar los depósitos en dólares”, advirtió el informante con inusual preocupación en su tono de voz.
Hay que recordar que las medidas restrictivas que se vienen tomando en las últimas semanas para frenar la hemorragia de billetes verdes, han provocado el efecto contrario al esperado: la gente sigue sorteando las barreras e insiste en adquirir la preciada moneda.
Ello ha generado todo un circuito paralelo de compra y venta, que elevó el valor del dólar —en algunos casos— a la friolera de $5. Basta buscar en Internet, donde los ex “arbolitos” ofrecen sus servicios, para percatarse de este nuevo fenómeno.
En sentido similar, el sector del turismo ha comenzado a manejarse con otra cotización. “Como consecuencia de las restricciones cambiarias, el sector turístico argentino ha decidido eludir al dólar oficial, que ayer cerró a 4,28 pesos en el microcentro, y ofrece sus productos a cotizaciones propias que, ayer, oscilaban entre 4,33 y 4,45 pesos”, advierte hoy diario La Nación.
No hace falta ser adivino para augurar que otros sectores de la economía argentina comenzarán a hacer lo mismo respecto a la cotización de sus servicios.
Son los síntomas de una economía que empieza a mostrar fragilidad; las grietas de un modelo que siempre tuvo pies de barros.
Carlos Forte