En el último y polémico discurso por el Día del Camionero, el líder de la CGT, Hugo Moyano, pidió modificar o eliminar el Impuesto a las Ganancias: “… Si el gobierno de una vez por todas eleva o hace desaparecer el impuesto al trabajo, el impuesto más injusto que tenemos es el impuesto al trabajo”, dijo el cegetista mientras que marcaba una amplia separación del gobierno nacional.
Sin embargo, según el sitio especializado en chequear el discurso político, se trata de uno de los aportes más progresivos del sistema tributario, ya que es el que más ayuda a la repartición de la riqueza y significa uno de los ingresos centrales en países más desarrollados, según la opinión de reconocidos especialistas.
Existen tributos que gravan a todos por igual, como el Impuesto al Valor Agregado (IVA), y otros que tienen en cuenta el ingreso de la persona, los impuestos progresivos. El Impuesto a las Ganancias “es el impuesto más progresivo de todos”, explicó el especialista en temas tributarios y autor de numerosos análisis sobre el tema, Juan Carlos Gómez Sabaini, “puesto que a partir del mínimo no imponible se establece una escala que grava más a quienes tienen mayores ingresos.”
El informe “Impacto del presupuesto sobre la equidad”, de Jorge Gaggero y Darío Rossignolo, del Centro de Economía y Finanzas para el Desarrollo de la Argentina (CEFID-AR), indica que “El Impuesto a las Ganancias de Personas Físicas es el elemento más progresivo del sistema, pues recae con mayor énfasis en el decil superior (soporta el 76,1% del total de la carga) y no aparece gravando a los deciles más bajos, debido a los mínimos no imponibles, cargas de familia y deducciones especiales.”
Según aclara Cheaqueado.com, se trata entonces de un impuesto que ayuda a la redistribución de la riqueza, puesto que exige una mayor contribución de quienes tienen mayores ingresos y libera a quienes no llegan al mínimo no imponible.
El impuesto a las ganancias personales representa hoy alrededor del 6,6% de la recaudación tributaria total. Este porcentaje en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), un grupo de países en su mayoría desarrollados, es en promedio de 25,3%.
El problema es que como hay ciertas ganancias que no están gravadas en la Argentina, como los dividendos o las ganancias generadas por la compraventa de acciones y bonos, “la mayor parte del impuesto sobre las personas recae sobre los salarios”, a diferencia de lo que ocurre en países más desarrollados, concluyó Sabaini.
En la actualidad, pagan impuesto a las ganancias quienes reciben un sueldo superior a los $5.782 en caso de ser soltero, o de $7.998 para personas casadas.
Resultado del chequeo de los dichos de Moyano: falso.
Equipo de Economía de Tribuna de Periodistas