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Entretelones de la sorda guerra entre Mariotto y Scioli

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PEOR (CASI) IMPOSIBLE
PEOR (CASI) IMPOSIBLE

Ocurrió más pronto de lo que preveía el pronóstico más pesimista. El incidente de violencia suscitado minutos después de las juras de Daniel Scioli y Gabriel Mariotto y mientras el Gobernador pronunciaba el mensaje de apertura de su segundo mandato, dejó en la superficie una discusión sobre un presunto exceso de represión policial sobre militantes de La Cámpora.

 

Pero por debajo abrió las compuertas de una confrontación política explícita en el seno del oficialismo —y en su misma cumbre— que hasta ahora se había mantenido larvada, en el terreno de las hipótesis y negada por sus protagonistas y que signará —desde un arranque peor casi imposible— el andar del gobierno provincial.

En términos de la lógica kirchnerista, el incidente en sí mismo, como hecho puntual, fue un enfrentamiento entre "la Policía de Scioli" y "los soldados de Cristina" que en la Provincia responden al Vicegobernador.

Un hecho de extrema gravedad según ese planteo, que funcionaría apenas como emergente de una situación que refleja el profundo estado de sospecha, y sobre todo las diferencias políticas y un ánimo, por lo tanto, confrontativo, que anidan entre lo que puede denominarse genéricamente como "la Gobernación" —o como "Scioli", en rigor— y la Casa Rosada.

 

Pertenencias

El Gobernador entendió de inmediato que el choque iba a ser planteado por el universo K como un ataque de "su" Policía a los jóvenes "de" su vice y por ende "de" Cristina. Se lo dijo, virtualmente, apenas terminó su discurso ante la Asamblea Legislativa, el flamante diputado provincial de La Cámpora Santiago Carreras, al anoticiarlo del incidente con modos que funcionaron como un reproche a los gritos.

Y se lo indicó el inmediato debate en el que se sumergieron Mariotto y los legisladores ultra K sobre la posibilidad de no asistir a la jura de los ministros de Scioli, que iba a efectuarse a continuación como gesto de "repudio".

El Gobernador reaccionó desde esa lectura. Fue con Mariotto a visitar a los dos militantes que con heridas leves habían sido trasladados al Policlínico, concentró la "culpa" en los agentes de Infantería que habían chocado con La Cámpora y se dedicó en las siguientes 48 horas a sancionar con dureza a la Policía.

Desafectó de funciones a seis de esos infantes y ordenó que se les abriera una investigación sumaria interna y desairó a toda la fuerza no asistiendo a la celebración de su Día, un acto en el que su ministro de Seguridad, Ricardo Casal, además incluyó en su discurso una "advertencia" a los uniformados sobre cómo tratar a los militantes políticos.

 

Gestos que no alcanzan

Evitó así la que hubiera sido la primera imagen del inicio de la guerra explícita entre él y su vice: logró que Mariotto estuviera a su lado mientras les tomaba juramento a sus ministros.

Pero no fue una paz duradera. Mientras sus decisiones le abrían otro frente, con el autoacuartelamiento de Infantería en La Plata reclamando que se reconociera que los agentes sancionados "sólo cumplieron órdenes", en el universo K se coincidía con esa apreciación policial y se iniciaba la búsqueda subterránea de los "responsables políticos" del incidente.

En La Cámpora resumen en pocas palabras su visión del incidente. "Nos estaban esperando", afirman en ese espacio, donde nadie es tan naif como para pensar que un pelotón de 20 infantes se apostó en la Legislatura y les cerró el paso a los palcos por iniciativa propia ni por decisión exclusiva de sus jefes policiales.

De esta manera, se desarrolla por estas horas una guerra sorda, que pasa por ahora por cruces de acusaciones sobre las responsabilidades políticas del incidente. Desde el kirchnerismo le apuntan al jefe de Gabinete de Scioli, Alberto Pérez —unos 300 militantes con chalecos naranja, que respondían al funcionario Juan Vignale, habían copado desde muy temprano todos los palcos, para vivar a Scioli— y desde la Gobernación a las nuevas autoridades del Senado, responsable de la seguridad del acto, más precisamente al "dos" de Mariotto, el ultra K Sergio Berni.

El final del capítulo es imprevisible. Pero cualquiera sea, no será el final de la película.

 
 

24 comentarios Dejá tu comentario

  1. Yolanda cobradora de plancitos: sí, en la villa donde vivís hay crecimiento... de autos (robados) de consumo (de droga) y de más villeros como vos. Seguí leyendo Tiempo Argentino y 678, y viví en la nube de gas contaminado que emite este gobierno de chorros ineptos. Volvé a Cristinolandia y no vuelvas nunca más.

  2. LA SUERTE ESTA HECHADA, DANIEL SCIOLI TIENE UN GRANO LLAMADO MARIOTTO IMPUESTO POR LA CASA ROSADA PARA CONTROLAR SUS PASOS Y HACER QUE A CORTO PLAZO SE VUELVA A LA CASA DEJANDO PASO A LA CAMPORA EN LA GOBERNACION DE LA PROVICNIA. YA FUE USADO SCIOLI PARA TENER VOTOS QUE ARRASTREN EN LA PROVINCIA A CFK Y ESE OBJETIVO YA ESTA LOGRADO. DANIEL SCIOLI AHORA ES UN ESTORBO, DEBE VOLVER A SU CASITA TRISTE Y VENCIDO Y MARIOTO TOMAR LA GOBERNACION LOS PLANES DE CFK SE VAN CUMPLIENDO LA CAMPORA TOMANDO EL PODER. O SEA LOS MONTONEROS MODERNOS NO USAN ARMAS COMO LOS MONTONEROS ASESINOS ANTIGUOS, ESTOS USAN EL PODER DE CFK PARA ACCEDER AL PODER CENTRAL DE LA NACION ESTAMOS EN EL HORNO Y ESTA MUJER SE EMPEÑA EN PRENDER LA LLAMA PARA QUE TODO EXPLOTE. EL PRECISPICIO ESTA CERCA, Y ELLA NOS ESTA EMPUJANDO PARA QUE CAIGAMOS EN ESE PRECIPICIIO.

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