El disparador fue un informe del Instituto de Estudios Fiscales y Económicos, el cual indica que las mineras en Argentina generan ingresos extra por la suba del oro pero no participan al Estado.
Según ha contado Alejandro Bercovich en el diario BAE, en los últimos años, esas firmas pasaron de apropiarse del 66% a más del 75%.
El trabajo mencionado por el cronista especifica que por la estabilidad fiscal de la que goza el sector y la suba de la cotización internacional del metal, la renta extra que embolsarán las cuatro firmas extranjeras que se reparten el negocio aurífero en el país alcanzará este año los 1.918 millones de dólares, un 43% más que la percibida durante 2010.
“El informe explica por qué las grandes compañías del rubro, como la santacruceña Cerro Vanguardia (propiedad de la sudafricana Anglogold Ashanti), empezaron en los últimos meses a desplegar nuevas técnicas de extracción del metal, como la ‘lixiviación por pila’. Se trata de mecanismos más costosos y más contaminantes que los tradicionales, pero aun así convenientes por lo caro que se vende el oro en el mercado internacional”, asegura BAE.
El cálculo del IEFE parte de estimar los costos nacionales por onza de la extracción que realizan las megamineras, que en el caso del oro son de origen sudafricano, suizo y canadiense. Ese costo unitario fluctuó muy poco, de 436 dólares por onza en
La estimación se basa en los métodos recomendados por
“La renta, así, es la masa de recursos que queda por repartir una vez remuneradas las inversiones de las empresas y el trabajo de los empleados. Y según los cálculos del IEFE, “se ha duplicado en los últimos cuatro años”. Independientemente de quién se la apropie, esa renta surge de un recurso no renovable, cuya extracción acarrea un pasivo ambiental y económico que en muchos casos pagan otras actividades que compiten con ella, como la agricultura, la ganadería o el turismo”, insiste Bercovich, desnudando una realidad que parece que aún no han descubierto los políticos de turno.
Mónica Filippi