En medio de una puja bilateral por Malvinas —que hasta ahora se resume a una guerra dialéctica— la palabra de los “kelpers” intenta imponerse en las últimas horas ante la opinión pública.
Desde el Reino Unido y las propias “Falklands” se pide que se respete el derecho de autodeterminación de los habitantes del archipiélago, mientras que desde la Argentina el canciller Héctor Timerman dejó en claro que "La ONU no reconoce” ese derecho. Para la ONU, son “objeto” de Derecho, pero no “sujeto”. Los únicos que pueden negociar, para la ONU, son Gran Bretaña y la Argentina. Sólo los dos países, y no los isleños, pueden hablar como partes litigantes", indicó Timerman en declaraciones publicadas este domingo en el diario Página/12.
Si bien no es ni se la reconoce como colonia, sino como territorio ultramar, las Falklands están bastante alejadas de su “madre patria” e imposibilitadas económicamente.
En ese contexto, el derecho a la autodeterminación de los pueblos, resulta un excelente pretexto británico y surge a partir de la Carta de la ONU, y las resoluciones 1514 y 2065.
La Resolución 1514 es una declaración sobre la concesión de la independencia a los países y pueblos coloniales, mientras que la 2065 expone: “La Asamblea General Invita a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por el comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la declaración sobre la concesión de independencia a los países y pueblos coloniales a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo debidamente en cuenta las disposiciones y los objetivos de la Carta de las Naciones Unidas y de la resolución 1514 (XV), así como los intereses del pueblo de las Islas Malvinas (Falkland Islands)”.
¿Colonia, territorio ultramar o pueblo?
En derecho internacional suelen utilizarse los términos nacionalidad, pueblo, colonia y etnia. La población isleña no posee ninguna característica que la diferencie como nacionalidad o etnia, pero tampoco es un pueblo originario de las islas colonizado por Gran Bretaña. Lo que ha habido hasta ahora son británicos pobladores de las Malvinas, que siempre han manifestado su voluntad de seguir siéndolo.
En julio de 1996, el entonces canciller Guido Di Tella, durante la reunión del Comité de Descolonización de la ONU, mantuvo que "el principio a la libre determinación se tergiversa si se pretende interpretarlo de forma tal de otorgar ese derecho a los propios súbditos de la potencia colonial, a expensas de la comunidad política que sí ha sufrido la acción colonial". Por lo tanto, el pueblo kelper nunca fue “colonizado”, son británicos descendientes.
En este contexto, la Carta agrega: "Todo intento encaminado a quebrantar total o parcialmente la unidad nacional y la integridad territorial de un país, es incompatible con los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas".
En 1976 Lord Shackleton indicó en un informe sobre economía en las Falklands que "resulta evidente a cualquier visitante de las islas que la población es británica y, como nos fue recalcado vigorosamente cada vez que se trató el tema, está firme en su deseo de seguir siendo británica".
Varias veces, en debates celebrados en las Naciones Unidas, representantes de las Islas han expresado su deseo de no independizarse ni de estar asociado con ningún otro país.
A su vez, en una encuesta sobre soberanía realizada en la década del 80, el 96% de los habitantes admitieron que deseaban continuar siendo británicos, “como sus padres y abuelos”.
El 96% de los que viven en las Islas son de descendencia británica. Muchas familias viven allí desde hace seis generaciones y hay casos de nueve generaciones, el hecho de que sean descendientes de británicos —y que “británicos” sea lo que responden al preguntárseles sobre su nacionalidad— imposibilitaría a las Islas ante las Naciones Unidas a reclamar por su libre autodeterminación.
Por supuesto, “no hay ni un isleño que quiera ser argentino”, lo dejó en claro esta semana Dick Sawle, integrante de la Asamblea Legislativa kelper. Pero la pregunta debería ser, ¿quieren realmente ser británicos? El paso del tiempo podría estar demostrando otra cosa.
Para los isleños, la autodeterminación y el deseo de ser escuchados en el medio de una fuerte disputa de dos bandos, puede ser un deseo de convertirse en verdaderos dueños del territorio en una época en que el importante desarrollo petrolero del área está haciendo ruido. ¿Sería posible para los ingleses desprenderse de este beneficio en manos de los isleños?
“La clase trabajadora más afortunada del mundo"
El desarrollo económico de las Malvinas solía estar subordinado al dominio colonial. A saber, la propiedad de la tierra estaba en manos de las Falkland Islands Company Limited, en cuyo directorio figuraban varios miembros del Parlamento británico. Esta compañía gozaba de las mejores tierras de East Falkland y contaba con el monopolio de la lana. En los últimos tiempos ha diversificado su área comercial y después de la guerra vendió la tierra a pequeñas familias de la Isla.
En un informe sobre los habitantes de Malvinas publicado por The Independent y con la firma de su enviada especial a Port Stanley, Grace Livingstone, surgen algunos testimonios interesantes que cambian el paradigma.
Según el Miembro de la Asamblea local, Mike Summers: "Fue feudal y colonialista, pero lo que vemos ahora es una sociedad moderna, igualitaria, con oportunidades para todos.”
La historia de Robert Rowlands es emblemática: se levantó de sus humildes comienzos para convertirse en el director de una destacada empresa local de combustible, recuerda los días de la “ovejacracia”, cuando una pequeña elite se reunía en el club de la colonia y "el resto de nosotros no tenía nada. Fue más allá de nuestros posibles sueños cómo ha cambiado esto. Ahora, somos la clase trabajadora más afortunada del mundo", aclara.
Afirma Livingstone que la población “kelper” ha aumentado un 65% desde 1980, con casi la mitad de sus habitantes menores de 35 años, los cuales causan la envidia de los estudiantes británicos. El gobierno de las Islas Malvinas paga la estadía y el estudio en Inglaterra de todos los jóvenes isleños que reciban cinco GCS (General Certificate of Secondary Education). Un dato interesante: la mayoría de los jóvenes graduados vuelven a las Islas.
La riqueza del petróleo también le da a las Malvinas la posibilidad de llegar a ser independiente: cinco pequeñas compañías petroleras tienen licencia para explorar las aguas que rodean las islas, la Rockhopper Petroleum —de propiedad británica— dice que ha encontrado un sitio con 350 millones de barriles de petróleo. Si las pruebas resultan positivas, se espera comenzar las extracciones en 2016.
Las generaciones cambiaron y la mentalidad posguerra es más abierta. Muchos de los jóvenes graduados en las Malvinas estarían encantados de aumentar el comercio, el turismo y la cooperación ambiental con la Argentina, por supuesto sin discutir la soberanía, sin embargo los últimos conflictos diplomáticos los han desilusionado un poco.
Según la palabra de Zoe Luxton, un veterinario de la zona: "Hay algunas personas que vivieron el conflicto y que están muy traumatizadas, no creo que piensen en forjar otros vínculos con la Argentina que no sean los meramente comerciales y de turismo, pero la soberanía no está en discusión. Nadie quiere ser argentino. Punto."
Los egresados hablan de su predisposición a hablar con profesionales argentinos e incluso, en el futuro, de unirse a Mercosur. Pero con la Argentina negándose incluso al diálogo, a un cercamiento gradual y a no hablar de otra cosa que no sea la soberanía, les resulta imposible.
"El sentido común dice que la Argentina debería ser amable con nosotros, dialogar con nosotros sobre todo tipo de cuestiones prácticas y llevarse bien con la gente de aquí. Con el tiempo, nuestros hijos o nuestros nietos o nuestros bisnietos podrían tomar la opinión de que estaríamos mejor asociados con la Argentina o el Mercosur que con el Reino Unido ", según afirma un poblador.
Ya sea por los incesantes reclamos de soberanía de la Argentina o por el interés comercial de unas Islas que parecen estar levantando vuelo, la polémica por las Malvinas parece recién estar empezando.