El diálogo se dio el pasado miércoles 15 de febrero y encendió todas las luces de alerta en Balcarce 50. Es que, los líderes de dos fuertes movimientos sindicales tomaron contacto telefónico ese día y se pusieron de acuerdo en llevar adelante una serie de reclamos conjuntos en sede del Ministerio del Trabajo de la Nación.
Se trata de Pablo Micheli, jefe del sector disidente de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA); y su colega de la Confederación General del Trabajo (CGT), Hugo Moyano. Según pudo reconstruir Tribuna de Periodistas gracias a fuentes de ambas centrales obreras, el diálogo entre ambos dirigentes comenzaron en diciembre de 2011.
"Hablamos con Moyano a fin de año y quedamos en volver a hacerlo después de las vacaciones", admitió Micheli a este periódico. Según uno de sus colaboradores más cercanos, el titular de la CGT le planteó a su par de la CTA la "necesidad de unir sus fuerzas contra el seguro ajuste que se viene". El propio Micheli lo diría públicamente en las últimas horas: "Tenemos que buscar la posibilidad de la unidad en la acción".
Esa llamada se retomó el pasado 15 de febrero, cuando Moyano marcó el número del teléfono celular de Micheli y le manifestó su apoyo para marchar juntos: "Estoy pensando seriamente en acoplarme a la movilización que vas a hacer en el Ministerio de Trabajo. No te lo puedo confirmar aún, porque no depende solo de mí, pero la intención la tengo".
La respuesta de Micheli, con un dejo de sorpresa, no se hizo esperar. Allí le refirió al líder de la CGT que había acordado moverse junto a movimientos sociales. "Queremos hacer una gran movilización y esperamos que la CGT sea parte de la organización", expresó el titular de la CTA luego del llamado.
El dato no es menor: Micheli se reunió durante la primera semana de enero con dirigentes de la organización Barrios de Pie. Tras el encuentro, el gremialista había anunciado que la central obrera y los piqueteros se movilizarán juntos al Ministerio de Desarrollo Social, para exigirle al Gobierno que "descongele" el salario que reciben los cooperativistas del Plan Argentina Trabaja, actualmente de 1.200 pesos.
Por su parte, el líder de Barrios de Pie, Daniel Menéndez, pidió una reunión con Moyano a través de una carta que le entregó al hijo del líder cegetista, el hoy diputado nacional Facundo Moyano.
Hay que recordar que los gremios de la CTA vienen anticipando que reclamarán una pauta salarial que "no puede ser inferior al 30 por ciento". El propio Micheli justificó el pedido al asegurar que "a diferencia del 2001, la gente sabe hoy que hay plata, que la economía ha crecido al 9 por ciento anual durante ocho o nueve años y entonces no hay excusas para decir que los empresarios no pueden dar aumentos".
Mientras esto ocurre, funcionarios de primera línea del oficialismo miran con preocupación la eventual movilización. No solo porque sería la primera vez que sindicalistas protestan desde que los Kirchner llegaron al poder, sino porque ocurriría en un momento de tensión social para con el Gobierno. "Cristina sabe que no podrá convencer a Moyano, por eso se ha comenzado a dialogar con las líneas intermedias de la CGT", admitió uno de los pocos interlocutores válidos del oficialismo a Tribuna.
En ese contexto deben entenderse las declaraciones casi calcadas efectuadas tanto por el titular de los taxistas Omar Viviani como por el "canillita" Omar Plaini y el líder de los trabajadores de dragado, Juan Carlos Schmid, respecto de la inconveniencia de movilizarse junto a la CTA. "Cualquier acción debe ser evaluada y organizada, no pueden ser acciones espasmódicas (...) Yo no quiero caminar con quien me une el espanto, sino con quien coincido", aseguró a Radio 10 Plaini este martes.
Algo similar dijo Schmid a diario Clarín el pasado lunes: “No me parece conveniente que nosotros marchemos con la CTA". Viviani fue aún más allá, al asegurar que “no están rotos los puentes” con el Gobierno nacional.
Como puede verse, las coincidencias entre los gremialistas superan todas las leyes de probabilidades existentes. No hay demasiado misterio, solo el trabajo constante de puntuales operadores políticos y sindicales. Moyano lo sabe pero insiste en subir su apuesta.
Lo que desconoce es que un conocido operador llamado Javier Fernández estuvo reunido hace unos días con el juez Norberto Oyarbide a efectos de reactivar el expediente que se conoce como la "mafia de los medicamentos". Esa será la última carta que jugará el oficialismo para disuadir al camionero de acompañar a Micheli.
Antes, habrá otros intentos de diálogo. Los mismos que hasta ahora fracasaron estrepitosamente.