"Es una muy buena noticia para todos los argentinos y estamos más que conformes con la decisión de la Corte, ya que implica que a partir del 7 de diciembre la Ley de Medios Audiovisuales tendrá plena aplicación", sostuvo este miércoles el titular del bloque oficialista de Diputados, Agustín Rossi, en declaraciones a la oficiosa agencia Télam.
Lo hizo en relación a la decisión de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de precisar en tres años el plazo de vigencia de la medida que suspendió el artículo 161 de esa normativa.
Lamentablemente para Rossi, ese Tribunal no le está dando ninguna orden a Clarín, sino al juez de primera instancia, a quien le está imponiendo un plazo “razonable” para que decida. Un dato: más de un especialista asegura incluso que ese dictamen no se enmarca solamente en torno a la disputa entre Clarín y el gobierno, sino que abarca a otras acciones judiciales similares.
¿Qué ocurrirá cuando llegue diciembre y eventualmente la Justicia estime que el artículo 161 de la ley es legal y legítimo? ¿Automáticamente Clarín se desprenderá de todo lo que posee de más?
Para nada, en caso de ello ocurra —aún está por verse que así sea— el grupo apelará a una segunda instancia y, en caso de sufrir un nuevo revés, llegará hasta la Corte Suprema de Justicia de la Nación. Mal que le pese al oficialismo, ello llevará varios años más de disputa judicial.
Lo que queda claro a esta altura es que gran parte del entramado de la Ley de Medios, ha sido confeccionado a efectos de golpear al grupo Clarín, nada más. ¿Por qué, sino, nada se reclama a otros multimedios, como el del enriquecido Alberto Pierri, el de los mendocinos Vila-Manzano, o el del santiagueño Néstor Ick? ¿Importa más el alineamiento al oficialismo de esa prensa que su violación a las normas?
Ciertamente, no es Tribuna de Periodistas un medio que defienda a Clarín, sino todo lo contrario; aquí pueden leerse las críticas más feroces a esa prensa. Sin embargo, suena peligroso cuando todo el aparato del Estado se posiciona solo en pos de destruir a un enemigo, cualquiera que este sea.
Semejante despropósito solo es entendible —jamás justificable— en regímenes totalitarios, nunca en una democracia. Tal vez esto último debería analizar Rossi, en lugar de festejar algo que evidentemente no entiende.
Christian Sanz
Twitter: @cesanz1