La protesta que llevan adelante efectivos de Prefectura en estas horas, va más allá del reclamo por una recomposición salarial que publican los medios. No es que no sea cierto que les han bajado sus sueldos —un prefecto explicó que "estaba cobrando 7.000 pesos y ahora pasé a cobrar 4.100" con más de 20 años de servicio en la fuerza— pero la historia política detrás de la trama es la vedette de la historia.
El primer síntoma de desconfianza lo da el hecho de que el Gobierno advirtiera que no intentará frenar la protesta de efectivos de esa fuerza. Por mucho menos, el oficialimo ha salido a criminalizar las protestas ciudadanas contra Guillermo Moreno.
El segundo se dio cuando los manifestantes decidieron rechazar una propuesta para dejar sin efecto el decreto que provocó rebajas salariales en medio de su reclamo de una "recomposición general" en los sueldos.
El tercer síntoma, apareció sorpresivamente cuando se supo que el Gobierno decidió descomprimir el reclamo apelando a la gestión del secretario de Seguridad, Sergio Berni, y no de su superiora Nilda Garré.
¿Qué hay en realidad detrás de este reclamo? ¿Por qué a pesar de todo lo ofrecido por el Gobierno la situación no se descomprime?
Las reuniones se sucedieron con frenesí este martes y no carecieron de funcionarios de alto rango, entre los que se incluyó al ministro de Economía, Hernán Lorenzino, y el secretario de Hacienda, Juan Carlos Pezoa.
Estos prometieron a los prefectos que dejarían sin efecto el Decreto 1307, el cual les redujo sus salarios. Sin embargo, los uniformados han rechazado la propuesta. Y allí es cuando surgen las sospechas: ¿Por qué no la aceptan, si justamente esa reducción es la que motorizó su malhumor?
También es sospechoso que se le haya dado tanta publicidad al polémico Decreto 1307, asociándolo a Nilda Garré y no a Cristina Kirchner siendo que ambas lo firmaron. ¿Acaso se está dirimiendo una furiosa interna en estas horas entre Sergio Berni y su jefa? ¿Cuál de los dos será eyectado del poder o "reubicado"?
Las peleas entre ambos funcionarios son conocidas y públicas, y no son nada nuevas. En este caso, una dura pelea se dio cuando Garré pidió el relevo de toda la cúpula de Prefectura y Berni la desautorizó.
En una cosa están de acuerdo ambos funcionarios: los dos quieren buscar un "chivo expiatorio", en realidad dos. Todas las bolillas recaen en estas horas en un Prefecto General y un otro Mayor, ambos retirados, quienes serán acusados por supuesta "instigación" a la rebeldía.
Esa coincidencia entre Garré y Berni poco importa. Los dos funcionarios ocupan el mismo espacio físico, ambicionan el mismo poder, y es imposible que ambos sobrevivan en esa circunstancia.
Cuando termine la discusión por la recomposición salarial de Prefectura, comenzará la protesta de otra fuerza, presumiblemente Gendarmería, cuerpo que se ha solidarizado con sus colegas prefectos en las últimas horas.
Allí se sabrá quién queda en pie, si Berni o Garré. Solo habrá que esperar.
Christian Sanz y Carlos Forte
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