La misión de la Fragata Libertad es la de completar la formación profesional de los guardiamarinas de la Armada Argentina, contribuyendo al incremento de sus conocimientos marítimos e integrándolos a la vida en el mar. Asimismo, contribuye a la política exterior representando al país en los puertos en los que recala, donde difunde la realidad geográfica, cultural y productiva argentinos.
Sin embargo, desde hace casi 20 días la embarcación no puede cumplir con esa misión porque se encuentra varada en un puerto de Ghana, a causa de la desidia del gobierno argentino, cuyos funcionarios aún hoy no se hacen cargo de la desastrosa gestión llevada adelante.
La Fragata fue retenida a pedido de fondos buitre en el exterior, para cobrar papeles de deuda que no entraron al canje que en su momento promovió el gobierno argentino. ¿Nadie pudo prever que esto ocurriría si recalaba en ese país? ¿Quién se hace responsable de lo sucedido?
En las últimas horas, el errático canciller Héctor Tímerman dio la peor noticia: "La Presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha decidido evacuar en forma inmediata a la totalidad de los tripulantes argentinos y no argentinos a fin de preservar su integridad y dignidad dejando a bordo únicamente al Capitán y una dotación mínima necesaria para atender a la Fragata mientras permanezca detenida en el puerto", expresó.
Luego advirtió que el Poder Ejecutivo "hace responsable al gobierno ghanés de todo y cada uno de los daños que sufra la Fragata Libertad hasta su liberación y de todos los perjuicios ocasionados por un acto ilegal y violatorio de las normas internacionales". ¿Cómo pedir a un país que se haga cargo de algo que no supo resolver la Argentina como debía?
Insiste el Gobierno en no hacerse cargo de los desaguisados que llevan adelante sus propios funcionarios. Solo sabe el oficialismo echar culpas a terceras personas. ¿Cómo se puede culpar de tanta ineptitud a un "fondo buitre" que solo utilizó su legítimo derecho de cobrar a sus acreedores? Peor aún: ¿Por qué esperó casi diez días el kirchnerismo en ir a Ghana a ocuparse de la cuestión?
Timerman ha sido sincero al admitir que se ha "colocado en riesgo los derechos humanos de los 326 tripulantes que se encuentran a bordo, entre ellos ciudadanos de Brasil, Chile, Uruguay, Paraguay, Venezuela, Ecuador, Bolivia y Sudáfrica". La culpa de ello, a diferencia de lo que cree el Canciller, es de su propia gestión.
¿Hará un mea culpa el funcionario, especialista en acumular desaciertos? ¿Dirá algo el Gobierno de Cristina Kirchner al respecto, aparte de comunicar que abandonará la fragata a su suerte?
Las preguntas se acumulan y solo el más incómodo silencio se escucha del otro lado. En tal sentido, el principal interrogante aún persiste en el aire: ¿Por qué se recaló en Ghana? Es sospechoso que esto haya ocurrido, sobre todo cuando han existido concretas advertencias de que podía ser demorada la embarcación de marras.
A la hora de las suspicacias todas las miradas se posan en el funcionario preferido de Cristina, nadie sabe por qué, aunque ya todos conocen su nombre: Guillermo Moreno.
Christian Sanz y Carlos Forte
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