Es el gran interrogante. La madre de todas las preguntas que hoy cobra relevancia al cumplirse dos años de su muerte: Néstor Kirchner, ¿fue un héroe o un villano?

Las opiniones están marcadamente divididas y la respuesta jamás será concluyente, simplemente porque es subjetivo todo lo que se pueda decir al respecto. Nadie es completamente bueno o completamente malo, hay escalas de grises. Ello lleva a otra incómoda duda: ¿Qué cosas buenas y qué cosas malas hizo Néstor durante su vida y gobierno?

A favor: estudió con esfuerzo para recibirse de abogado, peleó desde lo más bajo en Santa Cruz para llegar a ser, primero intendente de Río Gallegos y luego Gobernador de esa provincia. En la misma línea, logró llegar a ser Presidente de la Nación desde el más completo desconocimiento popular.

Una vez instalado en la Casa Rosada impulsó leyes contra los militares que llevaron a la Argentina a un baño de sangre en los años 70 e hizo resurgir el debate político en la juventud. También impulsó medidas sociales que beneficiaron a los más humildes.

En contra: hizo gran parte de su fortuna a través de la usura mientras sus compañeros eran asesinados durante la dictadura y se eternizó en el poder cuando estuvo al frente del Ejecutivo de Santa Cruz. Reformó la Constitución Nacional y cooptó la Justicia y los medios de esa provincia para poder gobernar con discrecionalidad.

Para llegar a la presidencia, se alió a las peores mafias políticas del país y desde allí comenzó una feroz cacería contra el periodismo independiente y los jueces federales. Permitió los hechos de corrupción más imperdonables y jamás explicó por qué desaparecieron los millonarios fondos de Santa Cruz. Tampoco justificó jamás su descomunal crecimiento patrimonial.

Impulsó asimismo oscuros negocios a través de sus "socios" Cristóbal López, Rudy Ulloa Igor y Lázaro Báez, entre otros. También intervino el Indec y encubrió la manipulación de estadísticas.

Se financió políticamente con fondos del narcotráfico y la mafia de los medicamentos, provocando la inserción en la Argentina de grupos criminales foráneos nunca antes vistos.

Seguramente falten elementos a favor y en contra a la hora de recordar a Néstor Kirchner, solo se han enumerado los más relevantes. Que pesen más las cosas buenas que las cosas malas, o viceversa, es cuestión de la subjetvidad de quienes hagan su evaluación en este día tan particular.

Independientemente de esa valoración, es oportuno recordar que jamás es conveniente ponerse en un extremo ni en el otro, en ninguna discusión. La historia de la humanidad ha demostrado acabadamente que ello nunca ha conducido a nada positivo... todo lo contrario.

Christian Sanz
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