El motivo por el que el gobierno nacional se niega a dejar sin efecto la aplicación del Impuesto a las Ganancias sobre los salarios, o eventualmente a elevar el minino no imponible, es demasiado obvio.
Lo recaudado en ese concepto el último año constituyó nada menos que la tercera parte del superávit para ese ejercicio fiscal, esto es, casi $4.500 millones que le quitó a unos 480 mil empleados en relación de dependencia.
Sin embargo, la medida tomada a último momento de excluir de la base imponible el segundo medio aguinaldo, en algo ayudó a éstos últimos reintegrándoles el 50%.
Si se compara la información elaborada y publicada por la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos para los períodos 2011 y 2012, sin dejar de considerar el índice estimativo inflacionario anual, es posible concluir que de los $12.500 millones de superávit fiscal para los últimos 12 meses (el total recaudado fue algo más de $5.000), la tercera parte corresponde a la 4ta. Categoría del Impuesto a las Ganancias.
Según datos oficiales, mientras que en 2011 los trabajadores en blanco alcanzados por el tributo rondaban el 17%, en 2012 fue del 23%.
Para el Indec, en el tercer trimestre de 2012, sumando el sector público y el privado, había casi 8 millones de trabajadores registrados, en tanto en 2011, un 6% menos aproximadamente.
Nidia Osimani
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