Más allá de no compartir la ideología de Eduardo Aliverti, a quien respeto como locutor –y nada más que como eso— no comparto sus incoherencias.
Eduardo Aliverti es más que contradictorio, es incoherente.
Como en la hermosísima carrera que ambos abrazamos, la locución, una de las primeras cosas que nos inculcan es poder sostener lo que decimos, voy a argumentar por qué digo que es incoherente con algunos ejemplos.
1- Se dice socialista. Sin embargo, no procede como tal, ya que es un perfecto empresario. ¿Es esto cuestionable? No, de ninguna manera, pero sí es incoherente que alguien que se dice socialista no comparta sus grandes ganancias con sus colaboradores, y mucho menos con sus empleados. Dicho sea de paso, muchos de los productores que trabajan con él en su productora radial, no cobran, sino que deben conseguir publicidades para poder cobrar un sueldo por su trabajo.
2- Se queja de que diario Perfil le puso una guardia periodística. ¿Cuál es el problema? El problema es que esto no va de acuerdo con su pensamiento, el pensamiento único. Perfil no puso una guardia escondida al mejor estilo "paparazzi" para tomarlo "in fraganti". Perfil envió a una periodista para encontrar a su hijo Pablo y entrevistarlo, y que diga lo que quisiera decir; a darle, si se quiere, una oportunidad para que cuente que es lo que pasó. Si él no está de acuerdo con esto, se arregla muy fácil; cuando se le acerca la periodista a pedirle la nota, sencillamente le podría decir: "La verdad es que no tengo ánimo para hablar, no voy a decir más de lo que ya dije". Con esas pocas palabras podría haber terminado el diálogo.
No obstante, Perfil no solo publicó el audio de sus palabras en su programa radial, sino que también publicó lo sucedido en su edición impresa del 24 de febrero y en el sitio web.
3- Pide un "debate serio" sobre ética periodística, cuando él hace un programa netamente propagandístico, 100% tendencioso. Ergo, lo que él hace no es periodismo, es propaganda política. ¿Está mal? de ninguna manera. Tiene todo el derecho del mundo porque —todavía— estamos en un país con libertad de expresión, cosa que no ocurre, por ejemplo, en Cuba, país donde existe una dictadura desde hace más de 50 años y que él defiende con uñas y dientes.
Jamás escuché a Aliverti pedir ética al régimen dictatorial cubano para que en la isla haya libertad de expresión.
4- En su programa jamás se escuchan otras voces que no sean las que comulguen con su ideología.
A su programa jamás van a hablar personas que no sean de izquierda, ni si quiera para debatir. ¿Está mal? No, tampoco está mal. Pero eso demuestra lo cerrado y obtuso que es ideológicamente, y peor aún es que demuestra lo cerrado que es periodísticamente.
A su programa no van personas que no sean "del palo" ni si quiera para debatir, aunque en honor a la verdad, este punto es comprensible, ya que Aliverti no podría sostener un debate bajo ningún punto de vista. Por eso, por las mismas razones, sus ídolos como Fidel o Chávez jamás debatieron con nadie.
5- ¿Qué hubiese pasado si lo que le ocurrió a su hijo le hubiese ocurrido al hijo de Lanata, Longobari, Nelson castro o Magnetto? ¿Qué hubiesen dicho Aliverti y todos los periodistas militantes? Un detalle: Lanata le ofreció salir al aire para que diga lo que quisiera, cosa que no aceptó. Pero él, ¿hubiese hacho lo mismo? No, seguramente que no.
Para finalizar, una reflexión. Aliverti critica sistemáticamente a la clase media. Ahora, si es socialista, o progresista, o de izquierda, ¿cuáles serían sus aspiraciones sociales respecto a los que supuestamente defiende, que serían las personas de clases humilde? ¿No sería que pertenezcan a la clase media que él tanto denuesta? Pero no solo eso; él, ¿a qué estrato social pertenece?
Eduardo Aliverti tiene todo el derecho del mundo de pedir un debate sobre ética periodística, pero antes que eso, por su bien, debería reclamarse a sí mismo un poco más de coherencia.
Pablo Dócimo
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