El silencio fue sepulcral desde el domingo a la noche, cuando el programa que conduce Jorge Lanata, Periodismo Para Todos, difundió una serie de cámaras ocultas que mostraban al joven millonario, Leonardo Fariña, admitiendo y explicando cómo el kirchnerismo saca dinero del país al exterior.
No es la primera vez que cuando un escándalo salpica fuertemente al Gobierno, referente y militantes optan por el silencio hasta esperar directivas oficiales. Esta vez no hizo falta; bastó la aparición del propio Fariña en el programa líder en periodismo de espectáculos y chimentos de la argentina.
La trama, si bien salpica al poder político a través del empresario e íntimo amigo del matrimonio K, Lázaro Báez, y el propio Fariña apuntó a Lanata como un golpista que quiso usar su testimonio para desestabilizar al Gobierno, el marido de la poco lúcida modelo no acudió a un programa político ni en radio o TV para “limpiar su imagen”, como dijo que lo haría. El panel de Intrusos no estaba a la altura de hacer interpelaciones sobre lavado de dinero, negocios en la obra pública y sociedades off shore, máxime con conductores señalados de recibir dinero y directivas del Ejecutivo. De hecho, Luis Ventura se encargó de defender la figura del empresario durante toda la tarde de América TV.
La aparición del joven de 26 años al mediodía de la televisión argentina de fue la señal para la militancia: minimizar, desprestigiar, banalizar. El escándalo ya no es político, sino de espectáculos.
Luego del programa dominical, la usina de la defensa oficial, 678, asombrosamente no se emitió el día lunes. Gracias a Intrusos, esta noche tendrá un suculento archivo para copiar y analizar.