Pesquera era un sobreviviente. Apenas un muerto viviente, escapando todo el tiempo. “No estoy preparado para otro round”, le escribió por mensaje de texto a su ex abogado Fernando Burlando.
Fue solo unas horas antes de aparecer muerto en el asiento trasero de su camioneta BMW X6 negra. No cabía otra salida más que el suicidio o el asesinato. Matarse él mismo o que alguien más lo hiciera.
Poco importa cómo ocurrieron las cosas, sino cómo se desencadenaron los hechos y lo que se esconde detrás de estos. Oscuros financistas, prostíbulos VIP y reputados empresarios, son parte de lo que está a punto de hacerse público luego de su muerte.
Prófugo y sospechado por el homicidio del financista Miguel Ángel Graffigna, Pesquera se encontraba en un callejón sin salida. ¿Habrá pensado en su infancia en la calle 174 número 380, de Berisso, antes de morir? ¿Habrá recordado a sus padres, Alfredo Ramón Pesquera y Ana Rusciti? ¿Habrá pensado en su hermano Aldo; en su esposa Cecilia; en su hijo?
“Andate con el nene, no quiero que me vea cuando me lleven preso", le dijo a su mujer horas antes de aparecer asesinado.
Como sea, Pesquera se hizo tristemente célebre luego de que muriera el cuartetero Rodrigo Bueno en junio del año 2000. Fue el que rozó su camioneta y, consecuentemente, hizo que pereciera.
Sus explicaciones durante el juicio ad hoc fueron poco creíbles. ¿Cómo explicar que su hermano Aldo, ex policía, enviara un fax de condolencias al representante de Rodrigo antes de que ocurriera lo que ocurrió? Esa y muchas otras preguntas jamás pudieron ser respondidas por el hoy fallecido financista.
Su silencio es conveniente para muchos, demasiados. Cualquier punta del ovillo que se quiera tirar respecto de la vida de Pesquera, llevará indefectiblemente hacia un incómodo lugar: un prostíbulo y un casino clandestino donde se facturaban alrededor de 200 mil pesos diarios, ubicado en la Ciudad de Buenos Aires.
Los rastros de ese lugar, que fue allanado a fines de mayo de este año, llevan hasta el luchador de kickboxing Jorge “Acero” Cali y, por carácter transitivo, al ex titular de la Secretaría de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Allí solían recalar personajes de la farándula y el deporte. También polémicas figuras de la talla del financista Federico Elaskar.
Para llegar al nexo entre Pesquera y esa financiera solo debe investigarse a la hoy inexistente firma Finanset a través del Boletín Oficial nro. 31.250, del 1º de octubre de 2007.
La relación con Cali se da a través de otra sospechada firma: Finance Company Group, donde aparece el propio luchador de kickboxing. Los rastros deben buscarse en el Boletín Oficial 32.726, del 19 de septiembre de este año.
Como se dijo, es solo la punta del ovillo. Lo que viene después, es una maraña que dará qué hablar. Y mucho.
Christian Sanz
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