Enrique Prueguer, perito de parte de Zulema Yoma, madre de Carlos Menem Jr., quien falleció en la localidad de San Nicolás, en marzo de 1995, a bordo de un helicóptero, confirmó en las últimas horas que la nave fue baleada en circunstancias aún discutidas.
Prueger, además director del instituto de criminalística de Neuquén, dijo este sábado en diálogo con Christian Sanz, a través de MDZ Radio, que él no afirma ni que fue atentado o accidente, sino doble homicidio. “Para nosotros ha sido un doble homicidio, ni un atentado ni un accidente”, sostuvo.
Hay que recordar que la caída del helicóptero se produjo el 15 de marzo de 1995 en la localidad de San Nicolás, a 230 kilómetros al norte de Buenos Aires y le costó la vida al hijo del ex presidente Carlos Menem y a Silvio Oltra, padre de la reconocida modelo y conductora Carolina Oltra.
“Desde el año 97 que estamos diciendo que el helicóptero ha sido baleado, esto hasta el juez lo reconoce, ahora lo que se discute es si al momento de los disparos la nave venía o no en vuelo”, especificó, y añadió: “Ahora importa lo que hagan los peritos oficiales”.
“El helicóptero venía a 183 metros de altura, pero el juez en ese momento consideró que no había tecnología para confirmar esto. Pero luego la hubo, tecnología que aportó la NASA en su momento con el Challenger en el despegue. El juez hoy, ante la evidencia, cuando ocurre lo de Ramallo en el 97, él utiliza la técnica de digitalización de imagen y video. Ahí pedimos la revisión de la causa y llegamos a la Corte Interamericana de Derechos Humanos que recomendó que se abra la causa, y acá estamos”, agregó el perito.
El perito también rechazó la primera teoría que indicaba que Carlitos hubiera venido “jugando” con el helicóptero y por eso enganchó una línea de cables. Sino que hubo disparos y que se realizaron por parte de dos o más personas ubicadas en tierra tanto del lado derecho y del izquierdo en el momento en que tuvieron visión de la máquina.
El 4 de agosto próximo presentará la documentación en un encuentro citado por el juez Carlos Villafuerte Ruso junto a los peritos judiciales del Instituto de Criminalística de la Universidad Nacional de Tucumán, integrado por investigadores del Conicet.
Redacción de TDP
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