Sorprendió este jueves Claudio Bonadio al decidir enviar a juicio oral y público a Amado Boudou por documentación irregular en la compra de un vehículo.
El magistrado rechazó los pedidos de sobreseimiento del vicepresidente de la Nación y de María Graciela Taboada de Piñeiro y, en consecuencia, declaró clausurada la instrucción.
Es una obviedad mencionar que Bonadío es el mismo juez que lleva adelante una investigación sobre la firma Hotesur y que involucra a Cristina Kirchner.
La decisión del magistrado era casi evidente y se dio en medio de rumores que venían circulando en los últimos días.
Algunas de esas especulaciones tienen visos de realidad, pero otras no. Por ello, hay que separar la paja del trigo.
Primero, lo cierto y certero: hace unos días, el vicepresidente se reunió en secreto en Puerto Madero con su ex novia Agustina Kämpfer.
No se sabe con precisión de qué hablaron, pero es sugestivo que esto sucediera justo después de que Ariel Lijo comenzara a investigar a la pelirroja por el inexplicable financiamiento de su revista Minga!.
El juez sospecha de Kämpfer, no solo porque la sociedad que edita esa publicación —Ediciones del Copete S.R.L.— informó un domicilio que coincide con un viejo departamento de Boudou, sino además porque repentinamente adquirió un departamento en Palermo y una moto Harley-Davidson.
Ello sazonado con un detalle sugestivo: lo hizo con dinero que le prestó el hermano del vice, cerca de 90 mil dólares
Por esas inconsistencias, se prevé que Kämpfer sea procesada el año que viene, luego de que pase la feria judicial. La misma suerte correría Boudou, según consignaron a este cronista fuentes judiciales cercanas al propio magistrado.
Como se sabe, Lijo tiene en su poder un voluminoso expediente que busca determinar si el vicepresidente se enriqueció de manera ilícita. Allí abrevan de manera concluyente algunos de sus socios —principalmente José María Núñez Carmona, Juan Carlos López y Sergio Gustavo Martínez— y su ex novia.
El dato que sorprendió a Lijo tiene que ver con casi todos los mencionados: hasta el año 2009 eran monotributistas; luego, a la par de que Boudou empezó a ostentar una creciente fortuna, estos también despegaron económicamente. ¿Fue casualidad o causalidad? El juez cree en la segunda respuesta.
Como sea, en ese contexto empezaron a trascender otro tipo de rumores, algo más escabrosos. Uno de ellos reza que en marzo próximo la Cámara de Apelaciones sobreseería a Boudou.
Otro similar jura que el banquero Jorge Brito habría aportado una suma multimillonaria y en dólares a los mismos magistrados para asegurar el mismo destino al vice. A su vez, el mismo chisme dice que el ex ministro de Economía, en el marco del mismo paco, desaparecería de la escena política.
Según el rumor, Brito estaría preocupado no sólo porque su banco, el Macro, financió la compra de la ex Ciccone, sino porque en cualquier momento podría aparecer su vinculación con una parte de la red financiera internacional que gira en torno a las cuentas de Lázaro Báez.
El trascendido es interesante, curioso y atractivo… pero falso. Sí es real que existieron gestiones para intentar convencer a Lijo —a través de su hermano, el siempre lobbysta “Freddy”— pero jamás prosperaron.
Respecto al caso Ciccone, la Cámara Federal confirmará antes de fin de año el procesamiento de este último. Lo hará por al menos dos votos contra uno.
Lo curioso del caso, es que los jueces que castigarán a Boudou pertenecen a la Sala I —Freiller, Farah y Ballesteros—, siempre afecta a beneficiar a los funcionarios del kirchnerismo. El mensaje es claro: lejos de intentar defender al vice, el gobierno le soltó la mano.
Prueba de ello, es lo que revelaron oportunamente senadores del oficialismo en otra causa judicial que jaquea al vice, donde se lo investiga por el delito de dádivas.
Miguel Ángel Pichetto, Aníbal Fernández, Rodolfo Urtubey y Beatriz Rojkés de Alperovich, dejaron al vice sin coartada posible, en el marco del uso de viajes gratuitos a través de la firma Alas del Fin del Mundo.
Boudou había sostenido a nivel judicial que la invitación recibida por esa empresa para viajar gratuitamente había sido cursada para cualquier senador que quisiera usar esos servicios y que, por eso, él la aceptó. Sin embargo, como se dijo, sus propios colegas lo contradijeron y negaron ante la Justicia haber recibido el mismo ofrecimiento, de acuerdo a lo publicado por diario La Nación.
Como puede verse, no solo el destino del segundo de Cristina está sellado, sino que además la trama le viene al dedillo al gobierno para ocultar los rastros del expediente que complica a la propia presidenta.
Ni más ni menos que el viejo truco del kirchnerismo de hacer posar la mirada cerca... pero bien lejos de los tópicos que lo complican.