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Homicidio en Chascomús

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OTRA VEZ LA IGLESIA EN LA MIRA
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Homicidio Chascomus

 

Primero se dijo que el asesinato no fue un asesinato, sino un accidente de tren. Después se probó que había sido un homicidio y apareció un presunto sospechoso, un marginal que, se dijo, estaba vinculado a la policía. El caso es el de la muerte de Emilio Blanco, un chico de 16 años cuyo cadáver fue encontrado a las 7.30 de la mañana del día 28 de septiembre de 1997 por el sacerdote Carlos Kippes, junto a las vías del tren en las cercanías de la estación Chascomus. 

La investigación demostró desde un principio un sinnúmero de negligencias que comenzaron el mismo día en que fue encontrado el cadáver. Cuando el muchacho apareció tirado al costado de las vías, un médico policial dijo que Blanco tenía un balazo en la cabeza con orificio de entrada y salida. El juez Héctor Mussumano llegó al lugar a media mañana, acompañado por un comisario inspector de la Unidad Regional de Dolores. Miró el cadáver, revisó el informe del médico y convocó a los peritos del SEIT. Los peritos terminaron certificando que Emilio había sufrido heridas compatibles con las del choque de un tren. El "caso Blanco" y una segunda -misteriosa- muerte ocurrida 9 días más tarde, la de Marcos Gonzalía, conmocionaron la ciudad. Se sucedieron entonces marchas del silencio en las que todo Chascomús se mostraba convencido de que el poder estaba protegiendo a los asesinos. 

Después de un mes de movilizaciones, el gobierno de ese entonces designó una comisión investigadora especial y puso a su frente al comisario Santiago Allendes. 

La actitud del comisario, fue defender hasta lo insostenible la hipótesis del accidente. Lo único que se estableció es que Blanco había muerto entre las dos y las tres de la mañana. Esa noche sólo habían pasado por el lugar dos trenes, el primero una hora antes y, el segundo, 15 minutos después del momento en que Emilio falleció. 

Lo raro es que el cadáver apareció con las ropas intactas, las zapatillas limpias y sin manchas de aceite como suele ocurrir en todo accidente ferroviario. Y es que el cadáver había sido colocado junto a las vías adrede. 

En ese sentido, decenas de testigos aseguraron no haber visto choque alguno en el lugar. Los padres de Blanco enfrentaron a Allendes y al juez Mussumano, y finalmente lograron que se realizara un segundo peritaje. El trabajo fue encargado entonces a especialistas de la Corte Suprema y sus conclusiones no dejaron ninguna duda de que se estaba frente a un asesinato. Los peritos descartaron que Emilio hubiera sido embestido por un tren y agregaron que, después de muerto, alguien golpeó al cadáver, seguramente para sembrar pistas falsas. Otro dato surgido del nuevo peritaje es que el muchacho se defendió antes de morir. 

Curiosamente, el mismo día que los peritos de la Corte llegaron a Chascomús, un marginal vinculado a la policía se presentó en el juzgado para autoincriminarse como autor del asesinato. Pronto se comprobaría  que se trataba de una nueva operación para desviar la pesquisa. Hasta la fecha, la causa está recaratulada como "homicidio" pero no hay una sola pista concreta sobre los verdaderos culpables.


¿Pista policial o sacerdotal?

Pasó el tiempo y
un suboficial de la comisaría de Chascomús reveló el presunto encubrimiento policial en el crimen, al asegurar que oportunamente recibió órdenes de sus superiores para que confeccionara un nuevo libro de guardia la madrugada en que se cometió el homicidio. Se trata del cabo Héctor Rolando Durán quien declaró en el Juzgado de Instrucción nº 1 de Dolores a cargo del juez Carlos Colombo. 

Al declarar ante el magistrado, Durán reconoció que la madrugada del crimen el oficial de servicio de la comisaría de Chascomús le comunicó que el comisario había ordenado confeccionar un nuevo libro de guardia porque "el original se había quemado". Durán admitió que el "nuevo" libro fue rearmado siguiendo instrucciones de lo que se debía escribir y lo que debía ser omitido, entre otras cosas, varios llamados y algunas denuncias sobre otros hechos ocurridos esa noche. 

Blanco salió de su casa a medianoche pero después de eso nadie lo vio y su cuerpo, brutalmente golpeado a ambos lados de la cabeza, fue encontrado siete horas después sobre las vías del ferrocarril, en una zona muy transitada. Esa noche hubo mucho movimiento en Chascomús porque el ex presidente Raúl Alfonsín encabezó un acto electoral ante 300 personas en un club de "bochas", ubicado a una cuadra de la barrera del tren.

A pesar de no haberse encontrado ningún sospechoso, no se siguieron otras pistas que no sean las de una vinculación policial. Nadie investigó por ejemplo, al sacerdote que encontró el cadáver, el padre Carlos Kippes, quién era profesor del menor en el Colegio Corazón de Maria, ubicado en la calle Casalins Nº 106, a pesar de que no fue creíble sus declaraciones, en cuanto dice que encontró el cuerpo a las 7;30 de la mañana del día 28 de septiembre de 1997, cuando se dirigía a la carnicería como lo hacía habitualmente. 

Estas declaraciones no son coincidentes con las del carnicero, quién dice -en coincidencia con varios vecinos- que su negocio abre todos los días entre las 9 y 9;30 horas.

Nadie investigó tampoco, los antecedentes del Obispo Maccarone, del padre Kippes ni de otro sacerdote, el padre Rubén Oscar Revello, quienes ya tenían antecedentes por “abusos deshonestos” contra menores de ese Colegio.

Este periodista habló con personas de la zona y le revelaron las enormes sospechas existentes contra los hombres de la curia, en particular sobre la figura de Kippes. "La carnicería adonde se dirigía el sacerdote abre a las 9 horas como casi todos los negocios en Chascomús. Encima el sacerdote siempre aparecía como a las 10 de la mañana por la zona", afirmó a quien escribe estas líneas un oportuno investigador de la causa.

Otro dato muy interesante fue aportado por una fuente similar: "¿Quién era el Obispo de Chascomús en ese momento? Juan Carlos Maccarone. ¿Donde está ahora Macccarone? en Chascomús. El padre Kippes, otro sacerdote de nombre Rubén Rebello y Maccarone, tienen las mismas "tendencias", y los tres estaban en Chascomús en esos momentos".

Todo un dato que jamás podría ser menor en el marco de la investigación de este crimen.

 

3 comentarios Dejá tu comentario

  1. Hola Cristian soy Gerardo Basualdo. Hijo de Fermin Eleodoro Basualdo. Detenido como Co -autor del presunto crimen de emilio blanco, quiero decir que la jueza que tomo la causa.. lo detiene por otro policia Duran que jamas se probo que fueran reales los dichos de este, fue desestimado por los demas jueces, anteriores, por ser solo un testimonio sin que los demas nombrados dijeran que fue real, jamas se le pregunto quienes eran la policia de narcoticos que estaba en el lugar,segun el, jamas se afirma nada de ninguna parte, siendo este duran el que le pidio perdon a mi padre en la esquina de mi casa por lo que declaro, porque el fiscal lo presiono hasta que el dijo lo que "querian escuchar" que estuvo declarando por mas de 10 horas, que duran dice que ve a mi padre en el casino de oficiales pero nunca jamas ve a emilio blanco. Pero esta jueza lo toma como valedero estos dichos los cuales no dicen casi nada y nadie apoya lo que el dice. y no se investigo nada mas, un trabajo serio seria investigar todas las posibilidades, tambien quiero decirle que jamas se tomo en cuenta la pista que usted da, que nunca declararon estos curas, ni obispo, ni siquiera el cura que encuentra el cuerpo es raro eso... deberia ser el primero en declarar. que sabemos fue excomulgado el obispo de entonces, que el cura encontro el cuerpo no se sigue ningun dato que aporta usted. entonces es encontrar la verdad? o encontrar lo que uno quiere encontrar? a veces se cree ver, algo que no es. la realidad es que mi padre esta detenido por algo que nunca se probo, que no hay pruebas, y que se trata de dejarlo "pegado" por un crimen que jamas cometio.. es injusta la justicia... y muy ineficaz la participacion del fiscal... yo participe de las marchas, y aclaro, soy de los primeros que deseo justicia por esta horrenda muerte.

  2. Carlos Kippes, luego fué enviado a un colegio de Montevideo (Nuestra Señora de Fátima) que estuvo de Director General por varios años. En 2016, un programa (Santo y Seña) (Link: https://www.youtube.com/watch?v=LPqV_dSKalE) denuncia casos de abuso infantil por parte de integrantes de la iglesia y de Kippes en Particular, su testimonio se vé en el minuto 29:00 del video... Al año siguiente, Carlos Kippes es destituido del Colegio junto a la Sub Directora sin despedida ni reconocimiento alguno por la larga trayectoria de Kippes, algo que también llamó la atención a los padres y levantó gran sospecha de que si bien nada se comprovó, porqué el colégio no hizo ni el mas pequeño reconocimiento al Director de tan larga trayectoria alegando que en realidad, "a el no le gusta las despedidas". Kippes estaría separado del contacto directo con niños en un retiro.

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