Desde el primer momento se sabe que el cuerpo encontrado en el Río Chubut —por más que no se haya confirmado oficialmente— es el de Santiago Maldonado. También se sabe —es un secreto a voces— que el caso, desde el principio, ha sido infectado, contaminado, y fogoneado por "el Perro" Horacio Verbitsky.
El titular del CELS, Centro de Estudios Legales y Socales, está perpetrando, por estas horas, cómo transformar a la hasta hace pocos días "víctima de desaparición forzada" en una "víctima de ejecución sumaria del terrorismo de Estado", a través de la comparación "Macri basura, vos sos la dictadura".
Para ello contará no solo con la estructura que le brinda el CELS. También colaboran varias organizaciones de DDHH, Madres y Abuelas de Plaza de Mayo y, por supuesto, partidos de izquierda.
Todo indica que el "hallazgo" del cuerpo de Santiago Maldonado no lo detendrá. Todos sabemos que la mentalidad criminal y destructiva de Horacio Verbitsky no encuentra qué o quién le ponga límites, y Santiago Maldonado ha sido, paradójicamente, su última víctima.
Curiosamente, Sergio Maldonado no quizo reconocer el cuerpo. ¿Será que la lamentable aparición de su hermano muerto le implicaría abandonar el sueño de poder proclamarse como miembro estrella de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo?
Un dato no menor es que la ley 24.411 prevé indemnizaciones millonarias por desaparición forzada o fallecidos por el accionar del terrorismo de Estado.
Otro "pequeño gran detalle" es que la abogada de la familia Maldonado pertenece a Justicia Legítima, y está asesorada por Madres de Plaza de Mayo y el CELS (Verbitsky).
Nunca va a haber acuerdo ni colaboración con el gobierno, como no lo hubo hasta ahora. De hecho, desde el primer momento se negaron, sistemáticamente, a hablar con cualquier funcionario oficial.
Es más que claro que tanto el kirchnerismo como organizaciones de izquierda y de DDHH aspiran a hacer un show mediático con la causa para inmortalizar y convertir en un mártir y un luchador por las “causas nobles”, a un joven que, seguramente, nunca imaginó terminar de la manera que terminó.
El fin es obvio. El kirchnerismo no solo quiere, sino que necesita, volver al poder. La detención de Roberto Baratta, hombre de confianza de Julio De Vido y la inminente encarcelación del ex súper ministro son el telón final de una obra de terror llamada "kirchnerismo".