Algunas medidas y acciones del oficialismo durante estos últimos meses hicieron que la imagen del presidente Mauricio Macri, entre finales de 2017 y el comienzo de 2018 descendiera varios puntos, según la encuestadora que lo haya medido, junto con las expectativas futuras sobre el rumbo de la economía, que también decayeron.
Son varios los factores que hicieron que la imagen del presidente descendiera del poco más del 50% al que había llegado luego de las elecciones legislativas de octubre a aproximadamente el 41% actual, que son económicos, políticos y sociales.
En cuanto a lo económico existen, básicamente, dos puntos fundamentales en los que el gobierno había depositado muchas expectativas y no solo no se cumplieron, sino que además, hoy están bastante más lejos de cumplirse, que son la baja de la inflación y la falta de inversiones que, se suponía, iban a ser millonarias.
El problema inflacionario tiene dos ejes fundamentales. El primero, que no es el primordial, son los aumentos de las tarifas de servicios públicos y, en este mes, del transporte. Y decimos que el aumento de las tarifas no es el primordial por dos razones. En primer lugar era algo que si o si, había que hacer; esto, en referencia al costo político, que es tomado por la oposición para pegarle al gobierno, y el segundo es que en realidad los porcentajes aplicados no deberían haber incidido tanto.
El segundo de estos dos ejes generadores de inflación es el gasto público, que como todos sabemos es el generador, valga la redundancia, del déficit fiscal que, en definitiva, es lo realmente preocupante.
La segunda parte del problema económico es la falta de inversiones extranjeras, que se deben, pura y exclusivamente, a dos razones. La primera es el gran costo laboral argentino, acompañado del perverso sistema impositivo. El segundo motivo es la desconfianza jurídica, junto con la presión que ejercen los sindicatos a cualquier tipo de empresa, especialmente a las multinacionales. Mientras esto no se modifique, difícilmente alguien va a arriesgar en invertir en nuestro país.
Respecto a lo político, no es ninguna novedad que la oposición solo aspira a boicotear al gobierno. Ya hemos dicho y argumentado, en este mismo espacio, que el peronismo en general y el kirchnerismo en particular solo "trabajan" para generar operaciones tendientes a desacreditar y desestabilizar al gobierno. El caso (en realidad operación) Maldonado y la violencia desatada frente al Congreso cuando se trató la reforma previsional son un claro ejemplo de ello.
Y aquí existe un dato muy llamativo, que es que la caída de la imagen de Macri no está siendo capitalizada por nadie.
Por último, en el campo social, tenemos al principal problema que afecta a los argentinos y que desde que asumió la administración Macri no se ha modificado ni un ápice, que es la problemática de la inseguridad.
Mientras los índices de actos delictivos siguen siendo los mismos que en años anteriores, los argentinos vivimos en estos últimos días un hecho tan contradictorio como demostrativo de la realidad, el caso Chocobar, en el que gran parte de la sociedad aprueba el accionar del policía, pero por otro lado la justicia lo procesa.
En honor a la verdad, la cantidad de los problemas que debe afrontar Macri (que en realidad no son de Macri, sino de los argentinos) es mucho más extensa, pero si debemos decir que es lo primero a solucionar no hay dudas de que lo principal -y más urgente- es la inseguridad; luego la inflación.
El escenario, para este año, no es nada fácil; sin embargo oficialistas por un lado y opositores por otro creen que en los próximos meses comenzará a delinearse el rumbo. Entonces, podremos empezar a ver si la posible reelección de Macri, que en octubre era prácticamente un hecho y ahora es probable, pueda pasar a ser improbable, pero recordemos algo que ya hemos dicho: la caída de la imagen de Macri no está siendo capitalizada por nadie.