Susana Trimarco miente. No es una valoración periodística, ni siquiera una apreciación personal. Es una realidad que surge del análisis exhaustivo de su propio discurso.
Mi último libro habla sobre ello, de las falacias y contradicciones de su alocución: sus palabras siempre se acomodarán a quien sea su interlocutor.
En el juicio que se sustanció en torno a la evaporación de su hija, María de los Ángeles Verón, ello quedó expuesto de manera elocuente e inequívoca. Más allá de la obra que escribí en 2017, lo reflejé también en esta nota periodística.
Frente a los jueces Trimarco dice una cosa, y luego en público dice lo contrario. Es una constante.
Esa bruma se percibe también en el manejo de los millonarios fondos públicos que ha sabido recibir en la última década, sobre la base de supuestos rescates de víctimas de trata.
Es curioso, porque jamás la mujer ha aceptado mostrar ese registro —tampoco acepta debatir conmigo—, donde constarían tales rescates. No he sido el único periodista que se lo ha solicitado.
El dato no es menor, toda vez que los dineros que le otorga el Estado —ya sea nacional, provincial o municipal— son como contraprestación de ese trabajo.
Un botón de muestra: Trimarco jura que ha rescatado a 40 mujeres en La Rioja, pero jueces y policías niegan la versión. De hecho, no existe un solo expediente judicial que registre tal posibilidad (¿No es sugestivo que ninguna ONG de lucha contra la trata le crea?).
A pesar de lo dicho, recibe millonarios fondos públicos. Solo en 2015, la mujer percibió más de 23 millones de pesos por parte de la Nación. Otro tanto le “llovió” por parte de diversas provincias, dinero que se sumó a lo que recibe regularmente de países como EEUU, Francia, España y Alemania.
Eso sí, a la hora de rendir cuentas Trimarco se hace la distraída. Como pruebo en mi libro, la mujer sabe presentar tickets sin validez fiscal, usualmente de servicios personales que consume, como peluquería, perfumería y hasta heladería.
Lo aquí referido es información pública, no hay nada secreto. Si hasta ahora no se sabía nada, es porque los periodistas no han querido hurgar en esa cuestión. De hecho, he sido el único periodista que ha leído completo el expediente judicial que investiga la desaparición de Marita Verón.
Toda esta perorata es para manifestar mi inocultable enojo ante el ostentoso recibimiento que le endilgó Mauricio Macri este lunes.
No solo tuvo un encuentro con ella, sino que además el presidente se vanaglorió a través de su página de Facebook de la reunión. ¿Era necesario?
Me enteré de lo ocurrido por los cientos y cientos de mensajes que me llegaron contándome sobre el meeting de marras. Todos los que me escribieron, absolutamente todos, estaban indignados.
Incluso le aconsejaron a Macri que adquiera mi libro y se ponga al tanto de la situación, como puede verse al pie de esta nota.
Ciertamente, intentaré hacerle llegar mi obra al jefe de Estado, antes de que cometa el grave error de proveerle de más fondos a Trimarco. Le explicaré lo obvio: no ayudará a luchar contra la trata, solo contribuirá a hacer más millonaria a la madre de Marita Verón.