Acaba de estallar el Lava Jato de Cristina. Explotó una catarata de información y pruebas que confirman, una vez más, el funcionamiento de la asociación ilícita más corrupta de la historia democrática encabezada por el matrimonio Kirchner.
Cristina fue citada para dentro de 12 días a declaración indagatoria. Tiene que explicar los bolsos llenos de dinero sucio de las coimas que llegaron a la Quinta de Olivos, a la Casa Rosada e incluso a su domicilio particular en la calle Uruguay en el corazón de Recoleta. Era plata que muchos empresarios de la construcción y de la energía le devolvían a la presidenta producto de los astronómicos sobre precios de la obra pública. Ahora se sabe que los trasladaba Roberto Baratta, el lugarteniente del cártel de Julio De Vido, el gerente del saqueo al estado y la cleptocracia que gobernó durante más de 12 años. Iban en un Toyota Corolla conducido por un chofer llamado Oscar Centeno que se tomó el trabajo de anotar en 8 cuadernos cada hecho de corrupción del que participaba. Así quedó registrada de su puño y letra, con una minuciosidad extraordinaria quienes pagaban, quienes cobraban, los montos, las empresas, las patentes de los autos, los celulares truchos que usaban, todo, absolutamente todo lo que pasó en ese agujero negro nauseabundo de los ladrones de estado. También tiene fotos y filmaciones que hizo con su celular.
Cristina tenía previsto ir pasado mañana a dar cátedra al plenario del SMATA que conduce Ricardo Pignanelli. Y participar la semana que viene en su lanzamiento de campaña presidencial en la localidad de Ensenada en un acto organizado por el intendente, el único seco del kirchnerismo, portador de apellido llamado Mario Secco. A esta altura no debe haber movimiento que se diga defensor de los pobres y el pueblo que tenga tantos millonarios en sus filas. Millonarios nacidos durante el gobierno que más delitos cometió desde el estado y que robó sumas astronómicas.
Veremos qué hace Cristina ahora. Esta granada le estalló en las manos y se suma a las causas por asociación ilícita, enriquecimiento y otros delitos que tiene muy avanzadas en la justicia.
El juez Claudio Bonadio y el fiscal Carlos Stornelli se nutrieron del impecable y valiente trabajo de tres periodistas del diario La Nación encabezados por Diego Cabot. El resultado es un escándalo de 35 allanamientos, 12 detenciones, embargos de dinero, armas, 30 autos y citaciones que no tienen antecedentes por su magnitud. Tal vez se convierta en la causa más grave de la historia de los Kirchner y que demuestra una metodología similar para cometer todos los delitos posibles.
También fueron citados a indagatoria junto a Cristina, jueces corruptos y cómplices como Norberto Oyarbide, José María Olazagasti, la mano ultraderecha de don Julio, el mayordomo Oscar Parrillutdo, Juan Manuelito Abal Medina, otrora comisarios políticos de Cristina, el empresario Juan Lascurain que tantos actos aplaudió en la casa de gobierno y el ex cadete de los Kirchner, devenido en millonario como toda su banda, Rudy Ulloa Igor.
Fue detenido Roberto Baratta y su chofer ya estaba preso. Con Baratta, que era uno de los coimeros más caros, se completa el gabinete de don Julio en la cárcel. Ya están Ricardo Jaime, José López y ahora se sumó Baratta.
Es impactante conocer el resto de los detenidos. Gerardo Ferreyra es el más importante. Uno de los dueños de Electroingeniería, transformado en empresario vaciador serial de medios de comunicación K, que recibieron fortunas en pautas publicitarias a cambio de chuparle las medias a Cristina y ocultar su autoritarismo y su nivel de estafas. Además, supo ser compañero de calabozo con Carlos Zannini durante la dictadura militar.
Pero esto es solo el comienzo. La dimensión de la movida es descomunal. También está detenido, entre las rejas de la División Drogas Peligrosas de la Policía Federal, Javier Sánchez Caballero, el capo de la empresa Iecsa y Walter Fargyas (ex presidente de Enarsa) y otros que conforman un total de 12 detenidos por ahora.
Y digo por ahora porque hay nuevas órdenes de captura. La más rutilante pesa sobre Carlos Wagner, ex presidente de la Cámara Argentina de la Construcción puesto por Néstor y Cristina y hasta Javier Fernández, el presunto genio de las operaciones en tribunales que actualmente es integrante de la Auditoria General de la Nación.
Por eso hoy en Comodoro Py hubo una especie de manifestación de abogados penalistas que cobran altísimos honorarios para defender a clientes importantes que podrían estar involucrados.
Por eso hablo de Lava Jato de Cristina. Porque todos los caminos del delito conducían a su jefatura. O de una descomunal asociación ilícita para saquear al estado. Porque esto es una de las puntas del iceberg que nos lleva al caso Odebrecht, ruta del dinero K, Los Sauces, Hotesur y otras formas increíbles del choreo masivo y sistemático que no reconoce antecedentes.
Hay otros empresarios con orden de detención cuyos nombres no son conocidos pero sus empresas si: Pescarmona, Isolux, Yacyretá. Todo explotó con la confesión de la ex esposa del remisero Centeno. Ella reclama parte de ese dinero trucho. Al principio a Centeno lo querían arreglar con chirolas y algún regalito pero después se pudo comprar un departamento en Salta y otras propiedades. Lo bizarro es que Baratta como su apellido lo indica lo mandaba a comprar bolsos baratos al barrio de Once. No quería producirle demasiado gasto al estado este pedazo de malandra todo terreno. El que recibía los bolsos en nombre de los K era su secretario ya fallecido, Daniel Muñoz. De la noche a la mañana hizo una fortuna que incluyen inversiones inmobiliarias en Miami por alrededor de 50 millones de dólares.
No hay forma de calcular el tamaño atómico del robo. No hay calculadora que aguante tantas cifras. Los billetes manchados se ocultaban en varios lugares, en la Rosadita de Lázaro y en las bóvedas del sur, en un departamento repleto de dólares y euros en Ugarteche y Cerviño, entre otros.
A esta altura no es chicana decir que el emblema del kirchnerismo no deberá ser Perón ni Evita ni un pingüino. Debería ser un bolso o montañas de bolsos. La gran pregunta es si habrá empresarios arrepentidos que intenten salvar su pellejo dando información hacia arriba. Nunca hubo tanta megacorrupción de estado en Argentina y nunca hubo tantas pruebas, testigos, testimonios e indicios. Si no hay más condenados firmes es porque un grupo de la justicia K hace todo lo posible por frenar las causas. La inmensa mayoría de la sociedad sabe que no hay forma de construir un futuro para nuestros hijos que refundar la República. Y debe ser sobre la base del juicio, castigo y condena a los ladrones y a los golpistas. Si la justicia avanza podemos recuperar las ilusiones. Cada vez hay más funcionarios y empresarios presos. Falta la jefa. Cristina, la jefa del Lava Jato nacional y popular. El senado no puede actuar más como un aguantadero vip y debe permitir que ella vaya presa. Todo el mundo sabe que solo falta la jefa y que devuelvan la plata de todos. Está claro que no fue magia, fue mafia. Y esto recién empieza.