¿Se creen que es un chiste? ¿Qué es cool? ¿Que ganarán más adeptos por decir lo que dicen? Los casos de Darío Grandinetti, Rita Cortese, Dady Brieva y tantos otros que auguran que Mauricio Macri debe dejar el poder, juegan al filo de la cornisa. Con una irresponsabilidad pocas veces vista.
Incluso, si creen realmente lo que dicen, son poco inteligentes: ¿O acaso creen que el presidente dejará su cargo porque alguien, a través de los medios, lo pide?
Peor aún: con sus comentarios, todos ellos terminan fortaleciendo a Macri, por una cuestión de obvia empatía.
No obstante, la cuestión es otra: ¿Cabe en una democracia pretender que un jefe de Estado deje su cargo porque a alguien no le parece bien como gobierna? ¿No es como mínimo irresponsable?
Es insólita la situación, sobre todo en un país que vivió una de las peores dictaduras que puede vivir una Nación. ¿Alguien necesita que se lo recuerden? ¿Hacen falta detalles al respecto?
Ciertamente, no conozco a ninguno de los que vienen haciendo tan temerarias afirmaciones, pero si alguna vez me los cruzara les pediría que no escapen a la mesura, incluso que apliquen el más mínimo sentido común. Es lo que urge en la Argentina, más que cualquier otra cosa.
Lo que pasa es que, como dijo alguna vez el dramaturgo Jacinto Benavente, "es más fácil ser genial que tener sentido común".
Así de simple.