Nada nuevo bajo el sol, nada para sorprenderse. Aun no se sabe quién fue el vencedor en las elecciones en Tucumán, pero sí se sabe que ganó el clientelismo y el fraude.
Los Alperovich y los Manzur —dos caras de la misma moneda— fueron los hacedores de este nuevo papelón, que volvió a poner a esa provincia en el foco de la desvergüenza.
Todo han robado en Tucumán, solo les faltaba robar esta elección. Y es lo que han hecho. ¿De qué manera? Colocando boletas apócrifas del frente electoral que inscribió Cambiemos.
“En Concepción los votos de @RSanchezOK perteneciente a la lista 813, en todas las mesas son reemplazados por votos que dicen Lista 831”, reveló este domingo mi amigo y colega tucumano Horacio Esterman.
Siempre haciendo trampa, en Concepción los votos de @RSanchezOK perteneciente a la lista 813, en todas las mesas son reemplazados por votos que dicen Lista 831!!!#TucumanElige#ManzurNosCuidaElFraude#Tucumán pic.twitter.com/Q1CIRJhxhA
— Horacio Esterman (@HoracioEsterman) 9 de junio de 2019
Quien hace el trabajo sucio es el legislador kirchnerista y ex intendente de Concepción, Osvaldo Morelli, siempre bajo las órdenes del tándem Manzur-Alperovich.
No es todo, en el Chañar se vio cómo los punteros acarreaban votantes. Todo ello quedó registrado en video, como puede verse al pie de la presente.
Pareciera que Tucumán vive signada a este tipo de situaciones, como en agosto de 2015, cuando la elección a gobernador se vio empañada por hechos de violencia extrema, que incluyeron el incendio de una treintena de urnas en el interior y el ataque a balazos contra dos sedes de la oposición en la capital.
Como dijo alguna vez Karl Marx, la historia se repite dos veces, la primera en forma de tragedia… la segunda en forma de farsa.