La última jornada electoral se dio en el marco de una polarización que arrojó datos inesperados. Ninguna encuesta auguraba que el ahora candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, le sacara al actual jefe de Estado, Mauricio Macri, una diferencia tan ancha.
Nadie, ni los analistas políticos más pesimistas, ni las encuestas con mayor margen diferencial, llegaron a divisar una distancia de 15 puntos porcentuales entre el oficialismo y la principal oposición.
Si bien todos los postulados ganaron -es dable destacar que en las PASO solo se definen internas, las cuales no existieron - todo indicaría que el tándem Fernández-Fernández lleva las mayores chances de consignar una victoria en octubre.
En cuanto a lo social, la jornada por momentos se puso picante, el eterno gobernador de la provincia de Formosa, Gildo Insfran, agredió física y verbalmente a una fiscal de mesa, luego dos fiscales afines al kirchnerismo fueron detenidos acusados de romper y robar boletas de otras alianzas en Longchamps e incluso agresiones físicas al candidato a concejal por Ituzaingó de Juntos por el Cambio Christian Lanaro.
Sin embargo, luego se dio a conocer que el joven de 17 años que habían acusado por el faltante y la rotura de boletas, era inocente. No había generado ningún daño.
Todo ello se dio en un marco dubitativo y errático, donde los resultados eran esperados con ansias y llegarían alrededor de las 10:30 de la noche.
Antes de que se conocieran los resultados provisorios, el macrismo aspiraba a perder por una diferencia no mayor a 5 puntos, lo que sería reversible. No obstante, hoy no está seguro de poder llegar a ganar ni siquiera en un eventual ballotage, el cual, habría que ver si logra llevarse a cabo.
Si los números se mantienen en las Generales y el Frente de Todos saca un porcentaje mayor al 45%, el frente a frente, conocido como segunda vuelta, queda desestimado y Alberto subirá al Sillón de Rivadavia sin enfrentarse a un debate con el actual presidente.
Las dudas que hoy circulan por el oficialismo dejan un atisbo de malhumor y malestar entre los principales referentes. Ni siquiera la gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal, “la dirigente con mayor imagen positiva”, se salvó de una derrota colosal contra su principal contrincante, el ex ministro de Economía Axel Kicillof.
El gran ganador del oficialismo fue el actual jefe de Gobierno porteño en busca de la reelección Horacio Rodríguez Larreta, quien superó por 15 puntos porcentuales al precandidato k Matías Lammens.
La única esperanza que tiene el macrismo es lograr llegar al ballotage y sumar votos de aquellos que no quisieron votar al kirchnerismo y que no van a tener otra opción más que votarlo a Macri y a su Gabinete.
Por ahora todo es una incógnita ¿Qué pasará? Nadie lo sabe aún. Por lo pronto, ni las encuestadoras más fiables pudieron esperar tal resultado, por tanto, más allá de lo que puedan decir los números, la verdad se sabrá el 27 de octubre, cuando se lleven a cabo las elecciones generales, y eventualmente, el 10 de diciembre, si es que el oficialismo logra el objetivo propuesto.