Contra todos los pronósticos de los principales analistas vernáculos, Claudia Alejandra Ledesma Abdala fue la bendecida por Cristina Kirchner para ocupar un emblemático cargo: la presidencia provisional del Senado de la Nación. Se trata de un sitial que la pone como segunda en la sucesión presidencial.
Primero que nada, debe mencionarse que la elección denota que no es Alberto el que manda a la hora de elegir los cargos que vendrán, sino la expresidenta de la Nación, tal como se especulaba.
Es bien cierto que un par de puestos han sido elegidos por el otrora jefe de Gabinete, pero se trata de lugares que no tienen mayor gravitación. Como viene sosteniendo este periodista, los cargos relevantes son los que refieren a carteras como Economía, Justicia, AFI, Interior, etc.
¿A quién le importa quién irá a Trabajo, Educación o Ciencia y Tecnología? En la política, lo que vale es lo otro. Sobre todo en lo que a kirchnerismo refiere.
Volviendo a Ledesma Abdala, se trata de una abogada y escribana nacida en Santiago del Estero, que supo ser gobernadora de esa misma provincia entre el 10 de diciembre de 2013 y el 10 de diciembre de 2017, a efectos de suceder —y proteger— a su propio marido, Gerardo Zamora, quien venía gobernando desde 2005 y encontró un freno legal para poder seguir en el mismo cargo.
De hecho, desde que su esposa culminó su gestión al frente de la gobernación provincial, el caudillo volvió a ocupar el mismo cargo. Acaso para poder seguir tapando sus propias máculas.
Porque Zamora es de los referentes de la política que más denuncias acumula. Más aún: aglutina presentaciones judiciales de alto vuelo. Aquellas que vinculan la política con el crimen organizado y el narcotráfico.
Quien tenga alguna duda solo debe prestar atención al caso de “Marito” Salto, un nene de 11 años que pescaba en una represa de Quimilí y que desapareció luego de ser golpeado, violado y estrangulado en el marco de lo que pareció ser una venganza narco.
El juez que llevaba adelante la investigación, Miguel Moreno, denunció ante el juzgado de Claudio Bonadio que lo apartaron de la causa cuando empezó a acopiar evidencia de una supuesta vinculación de la política con el crimen.
Llegó a mencionar en su declaración al propio Zamora, quien aparecía presuntamente relacionado a la causa a través de uno de los detenidos, un hombre llamado Rodolfo Sequeira, hoy detenido en Santiago del Estero.El exjuez Moreno también mencionó a Ledesma Abdala como supuesta encubridora del crimen. De hecho, ocurrió durante su mandato, en 2016.
Pero no es la única mácula que ostenta la mujer: en 2017 fue denunciada por una abogada de Santiago del Estero llamada Ivana Sánchez por usar el avión sanitario para viajar desde Termas de Río Hondo a Aeroparque (ver al pie).
La carátula del expediente es bien heavy: tráfico de influencias, negociaciones incompatibles con el ejercicio de la función pública, delito de abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes públicos.
Allí mismo, en la misma causa judicial, aparece otro presunto delito, explicado de la siguiente manera por la propia denunciante ante el portal Ultima hora diario: “Sobre la base de la documentación que he agregado surge que todos los meses el ministro de Salud Luis Martinez firma decretos refrendados por ella –por Abdala Ledesma- autorizando el pago a la institución DMI (Diagnóstico Médico por Imágenes), que pertenece al hermano de la madre por el uso de los tomógrafos y demás servicios respecto a pacientes derivados de hospitales públicos. Como los proveedores son familiares directos hay un tráfico de influencias” .
Sánchez añade un dato que agrava la cuestión: “Esta situación viene hace más de 10 años, lo que resultaría más barato comprar el tomógrafo o contratar personal especializado que seguir transfiriéndole dinero a su hermano”.
Como se dijo, no es el único señalamiento contra Abdala Ledesma. Hay infinidad de denuncias contra ella y su marido. Pero a nadie sorprenden, porque es Santiago del Estero. Y se supone que allí todo es posible. Desde robo de bebés —en Tribuna de Periodistas hay notas “a rolete” al respecto—, hasta crímenes impunes, pasando por tráfico de drogas.
Por eso sorprende que Cristina haya elegido, no solo a Abdala Ledesma para un puesto tan relevante, sino también a su marido como uno de los dos gobernadores en los que se “recostará” durante su mandato como vicepresidenta.
El otro es Gildo Insfran, acaso el único mandatario que supera a Zamora en denuncias por corrupción. Nada es casual.