Alberto Fernández ya tuvo los primeros cruces con Cristina Kirchner. Algunos han sido públicos, pero la mayoría se dieron en el ámbito privado. Entre el primer grupo, se puede ubicar la discusión que los enfrentó por el armado del gabinete nacional.
Allí, la exjefa de Estado vetó a algunos de los candidatos que había elegido Alberto para que lo acompañen, principalmente Martín Redrado. No tanto por sus críticas furiosas hacia su gestión pasada, sino más bien por su declaración en la causa “dólar futuro”, que la complicó judicialmente.
Ese tipo de cortocircuitos, no solo dejaron al descubierto que el verdadero poder lo tiene Cristina, sino que además impulsaron una serie de interrogantes. Por caso, ¿cuánto durará la alianza que han tejido ambos? ¿Podría Alberto revivir lo ocurrido en los albores del kirchnerismo, cuando Néstor Kirchner abjuró de su mentor, Eduardo Duhalde?
Es curioso, porque el propio presidente suele decir que siente como si hubiera vuelto al año 2003. Eso sí, aclara que habla de lo económico, no de lo político.
Como sea, en estas horas Alberto intenta ser moderado, pero su vicepresidenta busca todo lo contrario. Uno busca terminar con la grieta; la otra intenta profundizarla a niveles superlativos. Basta contraponer el discurso de uno y de otro para comprobarlo.
Pero no se trata solo de palabras: el armado del gabinete nacional denota lo que persiguen uno y otro. No es casual que Cristina se haya asegurado el manejo de lugares clave del Ministerio de Justicia, la cartera del Interior, la Oficina Anticorrupción, la Procuración del Tesoro e incluso de la AFI. Todo en pos de impulsar una oportuna venganza contra sus “enemigos” de siempre.
Se insiste: ¿Cuánto puede durar el acuerdo entre Alberto y su “socia” cuando los intereses de ambos son tan disímiles y opuestos?
Quienes conocen al presidente aseguran que por ahora no habrá “rompimiento”, que aún le resta construir poder propio. Similar a lo que hizo Néstor en su momento, justo antes de quebrar su alianza con Duhalde.
A diferencia del expresidente, Alberto no tiene muchas “cartas en la manga” para lograr su cometido. Su única posibilidad es lograr que la economía despegue. Todo lo demás, será en vano.
Por ahora, no se avizora posibilidad alguna de que repunte la cosa, sino todo lo contrario. De hecho, las medidas que impulsa el gobierno han sido cuestionadas hasta por economistas que se identifican con el kirchnerismo.
Dicho sea de paso, está a punto de dispararse una discusión absurda respecto del supuesto crecimiento de la economía en el tercer trimestre de 2019, que intenta capitalizar Mauricio Macri. El dato surge del Indec y refiere al mes de octubre de este año.
Volviendo a la cuestión central, el vínculo entre Alberto y Cristina, todo parece atado con alambres. Lo que ocurrirá parece un hecho consumado. Solo resta saber el “cuándo”.
Para entenderlo, este cronista citará nuevamente la célebre frase de Karl Marx: “La historia se repite dos veces, la primera en forma de tragedia y la segunda en forma de farsa”.