Los rumores corren como reguero de pólvora por los corrillos de la política. Lo sorprendente es que surgen del propio seno del neo kirchnerismo.
Refieren a Florencia Kirchner y el misterio de su estadía en Cuba. Porque, como ya se dijo en este mismo espacio, no hay elementes que permitan comprobar que la hija de Cristina esté allí, en algún lugar de La Habana.
Ni siquiera su reciente cuenta en Instagram logra desentrañar el nudo de tan enigmática cuestión. Porque allí solo se dejan ver fotografías que no parecen recientes y que ni siquiera permiten comprobar que han sido tomadas en Cuba.
Entonces, en ese contexto, arrecian todo tipo de versiones. Algunas de ellas irrepetibles. Otras casi descabelladas. Surgen, como se dijo, del riñón del kirchnerato.
“¿No es raro que no haya una sola foto de Florencia con su hija?”, dijo intrigado a este periodista uno de los asesores del mismísimo Alberto Fernández.
Acto seguido, planteó otra duda: “¿Por qué Cristina dejó de llevar a su nieta a la isla hace meses? ¿No la extraña su madre?”.
No es el único que se hace ese tipo de preguntas. Una exfuncionaria de segunda línea del Ministerio de Justicia recordó a quien escribe estas líneas que la expresidenta escapó a Cuba el mismo día que murió su madre Ofelia. “Ni siquiera se quedó a enterrarla, ¿por qué ese apuro? ¿Qué le dijeron de su hija?”.
Lo que dice la mujer es totalmente cierto: el 19 de abril pasado, cuando falleció su progenitora, Cristina decidió viajar tal cual tenía previsto en un vuelo comercial desde el Aeropuerto Internacional de Ezeiza rumbo a La Habana, con escala en Panamá. Otra vez: ¿Por qué el apuro?
¿Qué es lo que se enteró Cristina sobre su hija que debió irse a las apuradas a Cuba? ¿Qué tan grave fue la noticia que le dieron?
Hay un antes y un después. Una bisagra que cambió todo a partir de entonces. Fue cuando comenzó el misterio y los datos sobre Florencia empezaron a escasear.
De hecho, la Justicia espera desde hace meses que le envíen desde Cuba un nuevo parte sobre la salud de la hija de Cristina. Ha insistido de toda manera posible y este no aparece. ¿Por qué tamaña resistencia a un pedido judicial? ¿Qué es lo que se intenta ocultar?
Entretanto, Florencia sigue posteando fotos que no son actuales, con comentarios que, según han dicho públicamente sus propios conocidos, no parecen provenir de su propia autoría.
“Está claro que le pasó algo grave, sino no se entiende todo lo que está pasando”, insistió la exsecretaria de Estado antes citada. Todos se miran entre sí y nadie comprende en su totalidad la dimensión de lo que ocurre. Aunque saben que no es nada bueno.
Por lo que confiaron a quien escribe estas líneas los diversos informantes, Cristina decidió guardarse para sí todo lo referente a su hija. Incluso pidió a sus colaboradores que no le pregunten nada al respecto y que no hablen del tema con los medios de comunicación.
Ello explica que nadie diga nada sobre Florencia y su supuesta estadía en Cuba. Es, por ahora, un tema tabú. Debería ser una cuestión de Estado, sobre todo por el procesamiento que pesa sobre la hija de Cristina por lavado de dinero.
Pero no lo es, sencillamente porque ocurre en la Argentina, el país que ya ha superado a Macondo en lo que a realismo mágico refiere.