¿Cómo se mide la inseguridad? ¿Cuándo se puede decir que hay “mucha” o “poca”? ¿Cuántos asesinatos deben ser cometidos? ¿Uno, dos, cinco, diez? ¿Quién lo valora? ¿Dónde?
Las preguntas son más que pertinentes en el contexto de lo que dijo Sabina Frederic en las últimas horas respecto de la inseguridad: “No son muchos los robos, los medios de comunicación los hacen visibles”.
No fue un tuit ni un comentario al pasar. No. La ministra de Seguridad dijo tales palabras en plena entrevista con el Centro Wilson Center. O sea… su palabra es la palabra del gobierno. Porque así se interpreta desde afuera.
Entonces, otra vez aparecemos los periodistas acusados por lo que no logran resolver los políticos, sean de la extracción partidaria que sean.
Porque, ¿la culpa de la inseguridad es de los que cuentan la realidad o de aquellos que no logran resolver los problemas? ¿La responsabilidad es de quienes relatamos los hechos o de los que permiten que estos ocurran?
Amén de volver a poner sobre el tapete aquella frase —tristemente célebre— de Aníbal Fernández sobre la “sensación de inseguridad”, Frederic subestima a la sociedad.
Porque no hay ciudadano en todo el mundo que confunda la reiteración de un hecho delictivo por parte de un medio de comunicación —cualquiera que fuere— con diferentes hechos criminales.
Ergo, la “teoría de la repetición”, que supo esgrimir el kirchnerismo en su momento, es totalmente absurda.
Volviendo a la brutal frase de Frederic, queda claro que el gobierno busca “invisibilizar” el delito. Como si no existiera. Bien vale releer la frase de la ministra: “No son muchos los robos, los medios de comunicación los hacen visibles”. ¿No está claro lo que la funcionaria pide “entrelíneas”, que se oculte la información?
El problema de la inseguridad es uno de los más delicados que sufre la ciudadanía argentina, y debe abordarse desde diferentes aristas, en un trabajo mancomunado y coordinado que hoy no logra percibirse desde el oficialismo de turno.
Por caso, las discusiones persistentes entre Frederic y su par bonaerense Sergio Berni, son un reflejo de la discordinación reinante en estas horas.
A ello debe agregarse la percepción oficial que reciben los delincuentes, con liberaciones masivas carcelarias de malvivientes —más de 4 mil en los últimos meses—, detenciones fugaces de cacos y discursos garantistas desde el poder.
En ese contexto, ¿por qué no habría de crecer el delito? ¿No es acaso una invitación a la impunidad criminal?
Por eso, antes de decir una imbecilidad semejante, Frederic debería leer los resultados de la encuesta que dio a conocer este mismo martes la Consultora D’Alessio IROL. Allí, la inseguridad encabeza el ranking de las preocupaciones sociales, luego de mucho tiempo de haber estado relegada a segundas o terceras posiciones.
Por ahora, el reclamo de la gente es “de la boca para afuera”. Pero empiezan a aparecer indicadores inquietantes en puntuales zonas del conurbano, como pasacalles advirtiendo a los “chorros” que serán ajusticiados por los propios vecinos, sin esperar la actuación de la policía.
Es una señal de lo que viene: la temible justicia por mano propia. A menos que el gobierno se ponga los pantalones largos y haga lo que debe hacer: asumir su rol, para que nadie más pueda hacerlo en su lugar. Simple y sencillo.
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