La llegada de la vacuna Sputnik V al país trajo consigo un millón de interrogantes. Que ostentan la relevancia de rigor, porque refiere a la salud de la ciudadanía y todo lo que ello conlleva.
¿Por qué la ANMAT no quiso refrendar la aprobación de la dosis rusa? ¿Qué motiva a Rusia a no mostrar los resultados de la última de las fases de experimentación? ¿Por qué el gobierno argentino está empecinado a adquirir estas vacunas a pesar de todo?
Son solo algunos de los interrogantes que inundan la enrarecida atmósfera argentina de estas horas.
Por eso, este jueves decidí entrevistar a Sandra Pitta, ya conocida —y reconocida— científica del Conicet.
-¿Qué significa que la vacuna rusa no fuera aprobada por la ANMAT?
-Significa que no es confiable. En este caso lo que ocurrió fue que el Ministerio de Salud decidió saltearse a la ANMAT y dice que hay una recomendación por parte de la ANMAT pero no hay una disposición de la ANMAT, no hubo un estudio serio. No deben haber querido firmar algo que no tenía evidencia científica porque de la vacuna se tiene muy poca información y tiene información secreta, que debería ser publica.
-¿Y aquellos que viajaron a Rusia y aseguran que es confiable?
-No sabemos qué información le dieron a los que fueron en esa comitiva, no sabemos en qué se basan para autorizar el uso de emergencia y me parece que es una muy mala noticia, por lo que implica para la ANMAT, y por lo implica para la salud de la población fundamentalmente.
-¿A qué atribuye que el gobierno persista en querer adquirir y aplicar la vacuna rusa?
-Al ver que no podía implementar la vacuna de AstraZeneca supongo que el Gobierno habrá recurrido por algún motivo a las dosis de una vacuna que se desconoce; se desconoce cuáles son los resultados de la Fase 3 o si se puede aplicar a mayores de 60.
-¿Abriga alguna sospecha respecto de la movida oficial?
-Yo sospecho que hay un negocio detrás de esto. Me parece que hay algún tipo de negociado con respecto a esta vacuna. A mí lo que me asombra es la facilidad de determinado grupo científico que está vinculado al Gobierno. Que salgan a decir esto no puede ser aprobado de esta forma, faltan todos los principios de ética científica.
-¿No oficia de atenuante el hecho del apremio del gobierno por vacunar lo antes posible?
-Eso es anteponer la política ante la ética. Hay decisiones políticas que se deben tomar, pero en este caso es una decisión que no es ética. Es lo mismo que yo te diga ‘no tengo nada, me invento algún medicamento y se lo doy a la gente aunque no sirva’. En salud no se hace lo que sea, en salud está la vida de la gente en peligro. Que un presidente tome una decisión de este tipo solo porque quiere cumplir con una promesa, no se lo debería permitir nadie del área de salud.