Rosario Lufrano respira aliviada. Poco a poco, el escándalo de los bolsos de la TV Pública se va apagando de los medios de comunicación.
Pero es algo temporal: en un par de semanas, la Justicia va a motorizar una novedad que la va a devolver a las portadas de los diarios nacionales.
Ello lo sabe, y especula que, más tarde o más temprano, quedará afuera de la presidencia de Radio y Televisión Argentina (RTA).
Por eso, buscó ser candidata a diputada nacional por la Ciudad de Buenos Aires, lo cual no logró. Fue parte de furibundas reuniones —presenciales y de las otras— pero le aconsejaron que desistiera de su idea.
Básicamente porque su imagen en las boletas recordaría al electorado aquel derrotero que la tiene a mal traer. Y traccionaría negativamente al Frente de Todos.
Lufrano culpa de los mandos medios del canal por ello: asegura en privado que ellos fueron los que generaron el escándalo de los bolsos.
Incluso sostiene algo más polémico: acusa a “la mediocridad de los trabajadores del canal” por lo que le toca en suerte.
Los empleados de la TV Pública ya están enterados de los dichos de Lufrano y evalúan dar a conocer su bronca a través de un comunicado. Es la polémica que viene.
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