Nada de nada. Ninguna idea original ni tampoco discursos que tengan anclaje en las necesidades de la ciudadanía. Apenas sí acusaciones cruzadas, saludos a vecinos, caminatas y frases de ocasión.
Pero, ¿a quién le interesa todo eso? La ciudadanía reclama que haya empleo genuino, que baje la inflación y que desaparezca la inseguridad.
¿Alguno ha escuchado alguna propuesta de algún candidato, quien sea, respecto de cómo se lograría alguna de esas metas? Silencio de radio.
Nadie dice nada, porque nadie parece saber cómo se debe hacer para resolver aquellos tópicos, que complican a la gente de a pie.
¿Quién ha explicado cómo hay que hacer para que dejen de subir los endemoniados precios? ¿Alguno ha dicho de qué manera hará que se genere trabajo? ¿Hay algún candidato que haya revelado la fórmula para disminuir los índices de inseguridad? Cri, cri, cri…
Los candidatos viven una realidad paralela, que nada tiene que ver con el derrotero de los ciudadanos. Creyendo que alguien los votará por sus payasadas. Pero ello no ocurrirá.
Según anticipan los principales encuestadores, habrá mucha abstención y voto en blanco. Como castigo a la clase política. Toda.
Será todo un síntoma de la valoración que la sociedad le da a la política ahora mismo.
También será un mensaje claro a los referentes que se presentarán en forma de boleta dentro del cuarto oscuro dentro de dos días.
Ojalá sepan decodificar el “recado” social. Por el bien de todos.