Es curioso: a la hora de criticar a sus adversarios, Máximo Kirchner le dedica más tiempo a Alberto Fernández que a Mauricio Macri.
Por caso, el hoy diputado nacional y titular del PJ Bonaerense se la pasó este sábado apuntando contra las "ambiciones personales" del presidente, sin mencionarlo directamente. A tal respecto, advirtió que "quienes se valen de construcciones colectivas no pueden iniciar una aventura personal".
Puntualmente, el vástago de Cristina detalló: "Nunca más nos puede volver a pasar lo mismo. No puede pasar que aquellos que se valen de construcciones colectivas una vez que esa construcción los lleva a un lugar importante inicie una aventura personal (...) Para aventureros está el turismo".
Lo sorprendente es que los (des) calificativos de Máximo no fueron pronunciados en el marco de una entrevista periodística, sino al cierre del Congreso del PJ bonaerense en la ciudad balnearia de Mar del Plata. En buen romance, se trató de una declaración de guerra abierta y frontal.
Por su parte, Alberto Fernández decidió jugar su juego a través de terceras personas, sin involucrarse en el barro de la discusión K, siempre esteril. Para eso lo tiene al “todoterreno” de Aníbal Fernández, quien insiste en mantener vigente el debate por las PASO y, al mismo tiempo, denuesta a La Cámpora.
La cuestión es personal: el hoy ministro de Seguridad de la Nación compite con aquella agrupación en rentables negocios derivados de la política. La mayoría lícitos, pero algunos ilegales.
Entretanto, la gran pregunta que todos persisten en hacerse es: ¿Qué hará Cristina Kirchner? ¿Competirá por la presidencia en 2023?
Quienes escucharon su arenga el pasado viernes, en el encuentro organizado por la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) en Pilar, creen que se lanzó a esa arena política.
"Como siempre, voy a hacer lo que tenga que hacer para lograr que nuestro pueblo pueda organizarse en un proyecto de país que vuelva a recuperar la ilusión, la fuerza y la alegría", subrayó la vicepresidenta, alimentando las especulaciones de su séquito.
Sin embargo, fuentes de su entorno consultadas por Tribuna de Periodistas refutaron tal pretensión asegurando que, como mucho, competirá por un cargo como senadora bonaerense.
Incluso el líder camporista Andrés “Cuervo” Larroque desinfló las expectativas generadaas en torno a la vice al mencionar: "No sé si Cristina quiere ser candidata, quiere que el pueblo sea feliz".
Entretanto, en la vereda de enfrente, Juntos por el Cambio pelea su propia interna, tan o más feroz que la del kirchnerismo. Con acusaciones cruzadas y amenazas veladas. La que más se viralizó fue la de Patricia Bullrich contra el jefe de Gabinete de Horacio Rodríguez Larreta, Felipe Miguel, al que amenazó con “romperle” la cara.
No obstante, ha habido cruces más fuertes. Que no han quedado registrados en ningún teléfono celular. Ergo, no han trascendido. Aún.
Dicho sea de paso, la titular del PRO sospecha que la viralización de aquel video fue obra y gracia del alcalde porteño. Más aún: les dijo a sus íntimos que toda la escena fue armada adrede y registrada para hacerla llegar a los medios posteriormente.
“¿Quién grabó todo? ¿A quién responde? ¿No es raro que Felipe (De Miguel) vino y me abrazó, quedando él como el bueno y yo como la mala?”, le explicó a su equipo. Y agregó: “¿Por qué no se muestra el video completo?”. Es atendible el argumento de Bullrich, pero es improbable.
En ese contexto, Mauricio Macri juega al misterio igual que Cristina. No confirma si será candidato. Pero juega como tal. Y habla como tal. Y se muestra como tal. Ya lo dice una vieja frase: si tiene cola de perro, patas de perro y ladra como perro, es un perro.
Quien pondrá en aprietos sus pretensiones es Horacio Rodríguez Larreta, pero no por la tracción de votos que podría arrebatarle, sino por los secretos que el jefe de Gobierno conserva respecto de su otrora “superior”, de sus días como jefe de Gabinete de Macri, de 2007 en adelante. Son cuestiones que rozan lo ilegal. Y empezarán a aparecer en medios donde el jefe de la CABA destina millonaria pauta oficial.
En otro orden de cosas, hay creciente malestar en la ANSeS contra su titular, Fernanda Raverta, ya que decidió recategorizar a los empleados que militan en La Cámpora, relegando a los trabajadores más antiguos, que no reciben nada. TDP tuvo acceso al acta oficial donde se decidió la polémica medida.
Aunque los gremios aparecen firmando aquel documento, ahora mismo buscan despegarse: juran que fueron los directores y coordinadores los que hicieron el reparto discrecional. Como sea, la bronca es doble: no solo porque solo son beneficiados los militantes K, sino porque muchos de ellos son “ñoquis”. Jamás van a trabajar.
Hablando de La Cámpora, está a punto de concretarse el negocio que anticipó este portal referido a las arenas de sílice en Vaca Muerta: “Hablando de kirchnerismo de paladar negro, La Cámpora busca en estas horas hacerse con un millonario negocio, vinculado a la venta de arena a las empresas petroleras para realizar fracking en la zona de Vaca Muerta. El más interesado es Máximo Kirchner, quien ha puesto el ojo en la firma canadiense NRG, la cual está a cargo de ese redituable trabajo y ya invirtió 100 millones de dólares para instalarse en aquel terruño”, según publicó TDP en julio pasado.
Ello se materializó en los últimos días con la clausura de las areneras de Ibicuy y Gualeguaychú, en la provincia de Entre Ríos, por orden del Juzgado Federal de Hernán Viri.
Quien hizo las respectivas denuncias judiciales fue la Cooperativa de Agua Potable y su representante legal, el ultra K Ricardo Luciano. Ello impulsó las consiguientes preocupaciones de puntuales petroleras que operan en Vaca Muerta, urgidas por arena para poder hacer “fracking”.
Lo curioso es que, si bien los señalamientos del letrado denunciante refieren al eventual daño ambiental que harían las firmas areneras, la Justicia decidió investigarlas por presunto “lavados de activos”.
El negocio detrás de la pelea judicial es multimillonario: solo recordar que Vaca Muerta consumirá 8 millones de toneladas de arena al año. Y ello se paga en dólares.
El escándalo está a punto de estallar. Otro de los tantos que involucran a La Cámpora.
© Tribuna de Periodistas, todos los derechos reservados