El tipo era jefe del Aeródromo de Las Heras, provincia de Buenos Aires. Una de sus funciones era controlar la actividad ilegal. Hasta que vio lo que no tenía que ver. Una trama narco, con avionetas y paquetes… y obvios estupefacientes.
Sucedió luego de que Javier Osuna, compadre de Sergio Massa, ganó las elecciones comunales del terruño lasherino. Hay que decirlo: el otrora intendente es padrino de los hijos del líder del Frente Renovador. Más aún: las dos familias son como una sola.
“Ese lugar lo usaban de cocina, fraccionaban, había en el momento una avioneta escuela robada que hacía vuelos ilegales”, explicó el hombre, testigo de la situación, a Tribuna de Periodistas. Por las dudas, se atajó: “(Osuna) puede decir lo mismo que yo: que no sabía. Pero lo llevó el compadre (Massa) que sí era responsable legal del lugar”.
El informante revela, no obstante, que Osuna tenía otros negocio ilícitos: “Tenía una banda que robaba a gente que andaba con dólares retirados del banco y operaciones inmobiliarias. Con el dato de un entregador les cedía a los soldaditos las cámaras municipales; ellos veían adónde iban y esa noche les caían. Gente agresiva, golpeaban feo”.
Respecto de Massa, la fuente explica: “La primera vez que vino Sergio fue de casualidad a fines de 2015, el día antes de las elecciones. Se ve que repartía valijas para comprar votos y opositores. Se quedó el Eurocopter sin combustible, lo vino a buscar Osuna; yo mandé a buscar combustible y me quedé con el piloto. Me dijo que eran 3 Eurocopter del ‘Corcho’ Rodríguez y que Sergio lo usaba 12 horas al día. Pero que no había intercambio de plata. La hora de vuelo cuesta 3.500 dólares el costo al pasajero se factura 3 veces el costo de la hora y me di cuenta que los tres eran de Sergio no del Corcho”.
Prosigue el relato: “Vino el combustible Sergio volvió me dijo que estaba en deuda conmigo que le pida lo que quiera y se fue. Pero volvió. Cuando yo no estaba. Se ve por lo que pasó después que le echó el ojo al aeródromo para otra cosa”.
Acto seguido, aparece la parte más explosiva del relato: “Al poco tiempo de empezar a venir Sergio me di cuenta que el aeroclub estaba copado por consumidores y que circulaba merca. Yo tenía dos avionetas afectadas a la escuela de vuelo, por eso acepté ser jefe y controlar, y la actividad de escuela es incompatible con la falopa, y como ya estaba medio agotada la escuela y yo medio cansado pensé en irme y dejar que se arregle la municipalidad. Entonces encontré el paquetito…. Se cayó del avión de un policía retirado que está en una foto a la derecha de Osuna. Están envueltos en billetes de 10 pesos. Iba a salir a volar a última hora. Lo ví bien de dónde cayó, los aeródromos no controlados trabajan con luz solar y perfecta visibilidad pero me discutieron desde la municipalidad que ví mal porque era muy tarde. Y yo nunca dije la hora en que ocurrió. Ni en denuncias ni en conversaciones y todos sabían la hora”.
El informante asegura que “armaron la cocina en el aeroclub; traían los billetes y drogas desde La Matanza en aviones ultralivianos y los fraccionan en el aeroclub las noches que yo no estaba… La banda trabajaba con una banda que distribuía en La Matanza que regenteaba un tipo que estuvo en la mesa nacional de la convención de la UCR que en realidad trabaja para (Fernando) Espinoza”.
Los dichos de la fuente no quedaron sólo en sus palabras. Hizo una detallada denuncia en el tribunal de la ONU y aportó la pertinente prueba. Antes de llegar a ese nivel, hizo 19 denuncias en diversos organismos argentinos y en la Justicia (Continuará).